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31/7/11

LA MISIÓN DE LA IGLESIA A LA LUZ DE SU LIBERTAD CRISTIANA


Por: Pr. Víctor Pino Gamboa

Mateo 28:19-20; Marcos 16:15-16; Juan 8:31

INTRODUCCIÓN

La comprensión clara de lo que es “misión” y “libertad” es importante en toda institución humana; pero mucho más importante es la comprensión que la Iglesia de Cristo tenga de su “misión” y “libertad” cristiana.

Hoy quiero hablarles de la “Misión de la Iglesia a la luz de su libertad cristiana”.

I. MISIÓN DE LA IGLESIA

La palabra misión en un sentido general y centrado en un concepto administrativo, responde a dos interrogantes básicos: ¿Qué somos? y ¿Para qué existimos?

Estos interrogantes centrados en el contexto bíblico, nos confronta con nuestra naturaleza o razón de ser y nuestra ocupación o actividad como iglesia de Cristo.

La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, la morada de Dios en el Espíritu, designada por decreto divino para el cumplimiento de la Gran Comisión. Cada uno de los creyentes, que ha nacido del Espíritu, es parte integral de la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos (Efesios 1:22-23; 2:22; Hebreos 12:23).

Como pueblo adquirido por Dios, se nos ha confiado el honor y responsabilidad de “anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9-10).

A la luz de las Sagradas Escrituras, la misión de la Iglesia se puede resumir en cuatro funciones o propósitos:

1° Predicar el Evangelio del reino de Dios, llamando a los hombres a arrepentirse de sus pecados y creer en el Señor Jesucristo como su Salvador personal (Marcos 16:15-16).

2° Ser un cauce para el propósito de edificar un cuerpo de santos que se perfeccionen hasta que lleguen a ser conforme a la imagen de su Hijo (1 Corintios 12:28; 14:12; Efesios 4:11-16; 1 Pedro 2:1-5).

3° Mantener una relación íntima que nos mueva a adorar a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4:24; 1 Corintios 2:10-16; 12:14).

4° Defender la fe que ha sido dada una vez a los santos (Judas 3; Filipenses 1:27; 1 Timoteo 1:18-20; 6:12).

Dios tiene propósitos bien definidos y para eso constituyó su Iglesia. La Iglesia de Cristo tiene una misión muy especial y, esta misión debe ser cumplida dentro de la verdadera libertad cristiana.

II. LIBERTAD CRISTIANA

La iglesia de Jesucristo es capaz de cumplir con la Gran comisión encargada, por la libertad que en Cristo ha adquirido.

Libertad en relación con la misión que la Iglesia ha recibido significa:

1° Tener libertad de anunciar el verdadero Evangelio de Cristo a todo hombre entre tanto que la gracia de Dios dura, y esto quiere decir:

a. Que se tiene que predicar el evangelio con premura y diligencia, los apóstoles de Cristo y la Iglesia del primer siglo nos dieron el ejemplo (Hechos 5:20,42; 1 Tesalonicenses 1:5-10).

b. Predicar sin medrar (comerciar) con la palabra de Dios (2 Corintios 2:17; 4:2; Gálatas 1:6-9; 1 Corintios 5:8).

c. Confrontar con firmeza las doctrinas de error propaladas por los traficantes de la fe (Judas 3; 2 Pedro 2:1-3).

2° Ejercer libertad en sujeción a Cristo y su palabra. Libertad en el contexto bíblico no significa libertinaje (Juan 8:31-32, 36; 1 Corintios 10:23; 8:9; Gálatas 5:13).

3° Vivir la libertad gloriosa de los hijos de Dios, dando un buen testimonio cristiano (Romanos 8:21; Hechos 5:13).

Aplicación: Muchas iglesias locales están viviendo un Cristianismo falso, porque han recibido un evangelio falso y distorsionado. Han aceptado un evangelio de la carne, con todos los matices de una sociedad pagana y paganizante. La verdadera misión de la Iglesia será cumplida dentro de una genuina libertad cristiana; pero con el respaldo convincente de un buen testimonio de cada uno de los miembros de la iglesia (Mateo 5:14-16; 1 Pedro 2:12).

CONCLUSIÓN

Dios constituyó la Iglesia de Jesucristo para que proclame el evangelio en el mundo; para que edifique a los creyentes en Cristo; para que adore a Dios y defienda las verdades infalibles de la biblia. La mayoría de iglesias cumplen con los tres primeros propósitos; pero en la defensa de la fe es muy débil, o está ausente en los púlpitos y en la boca de los cristianos.

Las iglesias evangélicas bíblicas fundamentalistas tienen que seguir esforzándose en la defensa de la fe, y tenemos que hacerlo, porque los traficantes arremeten cada día con más fuerza con evangelios de mercado y falsas y teologías; están arrastrando a muchos buenos cristianos y están confundiendo a otros. Lo más preocupante es, que hasta ministros supuestamente de Cristo, están siendo arrastrados por las corrientes de apostasía vigentes.

La Iglesia verdadera de Cristo no puede quedarse pasiva y en silencio, sino que asidos de las verdades del evangelio tenemos que “pelear la buena batalla de la fe”.

También debemos recordar que a través de la historia, predicar el genuino evangelio de Cristo siempre ha tenido un costo. Actualmente los cristianos bíblicos están siendo perseguidos en países de influencia atea o musulmana, como en Corea del Norte Albania, en los países árabes, entre otros. En Costa de Marfil (África) los cristianos son perseguidos, torturados y quemados; pero esas situaciones jamás ha amedrentado a la iglesia fiel de Cristo. No han podido, silenciarla ni detenerla en el cumplimiento de su misión. Cristo sentenció: “…las puertas del infierno no prevalecerá contra ella” (Mateo 16:18), Pablo puntualizó: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego” (Romanos 1:16-17).

La iglesia, en la autoridad soberana de Cristo, bajo el poder del Espíritu Santo y usando bien la espada del Espíritu, tiene que seguir cumpliendo la Gran Comisión encomendada “…si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros” (Romanos 8:31). Es nuestra responsabilidad y privilegio como iglesia de Jesucristo. Que así sea.

10/7/11

LA BIBLIA


Tal vez, te han hecho muchos regalos, y sin duda alguna muy buenos en toda forma; pero el regalo más valioso que puedas obtener: es la bendita Palabra de Dios.

En nuestros hogares, debe ser el mayor tesoro que podamos tener. Sin embargo, no le otorgamos el valor que realmente tiene.

¿A quién o a qué le damos más valor en la vida?, ¿será a Dios o a las cosas materiales?

Algo es cierto; ni los cristianos, ni los no creyentes queremos enfrentarnos con ella porque nos dice lo que somos, nos pone al descubierto tal cual somos delante de Dios y eso no nos gusta. El pastor no sabe como vivimos, quizás los demás hermanos o la gente a nuestro alrededor tampoco, pero Dios si sabe, y por eso la necesidad de congregarnos para escuchar la voz de Dios a nuestra vida, porque su palabra nos exhorta, nos restaura y nos vivifica cuando es necesario. Porque todo lo que Dios ha establecido en ella es para nuestro bien.

Hebreos 4:12 dice: "Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz…"

¿Se ha puesto a pensar usted que a los cristianos muchas veces nos pasa lo que a los pajaritos? Cuando ven el estanque y van a zambullirse una y otra vez salen secos. Tal parece que ni siquiera se mojan. ¿Cuántos mensajes de la palabra de Dios escuchamos semanalmente y sin efecto alguno? Así como entramos al templo, así salimos: secos, porque la palabra de Dios no hizo o causó efecto alguno para edificación espiritual. Porque tal pareciera que nos cubre un impermeable de hacer que no permite que esa espada penetre hasta nuestro corazón.

¿Cómo cambia el ambiente en los templos cuando hay algún festejo? Tanto física, como humanamente cierto?. Un cambio total en el vestir y en el ánimo de las personas. Pues lo mismo debe suceder en la vida del creyente cuando permite que la palabra de Dios gobierne su vida y cambie el ambiente y estilo de vida que se lleva y que no es agradable delante de Dios. Porque el Señor quiere y exige de sus hijos que escudriñen su palabra, que la asimilen y la apliquen a su vida, dejando ver la espiritualidad que sólo el Espíritu Santo puede proporcionar.

Cuando la palabra de Dios no impacta, el reflejo de ello también se hace notar en la manera de vivir, en todas las acciones o conductas del individuo aunque conozca la Escritura de principio a fin.

¿Cuántas veces has leído tu Biblia?, ¿Cuántos versículos conoces de memoria?, ¿Cuánto tiempo tienes de ser creyente? Tú lo sabes muy bien, y te conoces mejor que nadie. Ahora bien; ¿Cuánto ha cambiado tu vida para bien, como resultado de ese conocimiento en Cristo?. ¿En realidad lo reflejas en tu estilo de vida?.

Cuando no se observa ningún efecto ni hay muestras de un buen testimonio, es porque la Biblia solo se lee por un compromiso meramente humano, porque se lee por una disciplina o norma de la iglesia, pero no surte el efecto de esa espada que penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos.

Pero cuando se escudriña para que nos examine, para que Dios nos hable, habrá reformas significativas, que serán para toda la vida, porque habrá corrección de errores, habrá meditación para edificar, y habrá efectos y reacciones que serán perecederas.

Qué triste es para el cristiano, que ya ha sido redimido, que ya ha sido justificado en Cristo y que teniendo el agua de vida, esté moribundo espiritualmente, porque a pesar de los años acumulados como creyente, su estilo de vida, las mismas actitudes y los mismos pecados, siguen prevaleciendo.

Reflexionemos esto; que sea lo que sea que estemos permitiendo que gobierne nuestra vida, sea Cristo, o sea el pecado, tendrá sus consecuencias, para bien, o para mal. Porque Dios así lo ha establecido en su palabra. Porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6:7.

• La palabra de Dios, tiene poder para edificar.- Tiene la capacidad, para hacer del cristiano, una persona que vive solo para honrar y glorificar a Dios.

Moldea nuestro carácter, moldea nuestra personalidad, para fortificarla de tal manera, que aunque vengan pruebas, y soplen fuertes vientos con grandes tempestades; no nos hará caer, ni tambalear.

• Tiene poder para transformar.- Dios puede hacer grandes cosas aún en los mismos gobiernos y en la sociedad, cuando éstos se dejen regir por ella. La muestra está, en que el mundo entero es un caos, porque desde las grandes autoridades terrenales, hasta las pequeñas como lo son las familias, se gobiernan a su antojo, prefiriendo ignorar, la Santa Palabra de Dios. Profesando conocerle, e incluso temerle, pero solo de palabra, porque los hechos lo desmienten.

Dios habla, y el Espíritu Santo ejecuta, o hace la obra, porque cuando la palabra de Dios es aplicada correctamente, se deja ver un equilibrio en todos los aspectos, y en todos los estratos sociales.

• Tiene poder para sobreedificar.- Es la necesidad del pueblo de Dios, el hacer reformas diariamente en su vida, porque necesitamos ser sobreedificados de manera constante.

1 de Corintios 3:10-11 dice: "Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire como sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo."

• Tiene poder para vivificar.- Es estrictamente necesario, dejar que la palabra de Dios vivifique nuestra vida, que no deje morir nuestra espiritualidad; y si esto sucede, la palabra de Dios puede volver a darnos vida, y restaurarnos en el Señor Jesucristo.

2 de Corintios 3:6 dice: "El cual así mismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica."

Por ello la importancia de vivir escudriñando la Biblia, para mantenernos vivos en Cristo Jesús, tratando de llevar una vida santa delante de Dios y no retroceder.

No importa cuán crítica sea tu situación espiritual, solo permite que sea Dios, quien tome el control de tu vida, para que seas restaurado, seas edificado y vivificado por el bendito amor de Dios en Cristo Jesús.

Dios te bendiga en gran manera.