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22/5/11

JESÚS SIEMPRE LLEGA A TIEMPO Y EN FORMA


Marcos 6:45-52

I. JESÚS LLEGA A TIEMPO PARA LOS INDIVIDUOS

Nuestro Señor Jesús siempre llega a tiempo para ayudar y consolar a sus hijos en los momentos más tristes de nuestras vidas.

A. En las pruebas y tribulaciones.

En el Nuevo Testamento tenemos muchos ejemplos, entre ellos:

a) Llegó a tiempo para salvar a sus discípulos de naufragar: Cuando sus discípulos estaban en la barca a punto de naufragar y cuando pensaban lo peor, que ya no se iban a salvar de dicha situación, Jesús llegó a tiempo para calmar dicha tempestad y devolverles la alegría de vivir que ya lo estaban perdiendo. (Marcos 6:47-51).

b) Llegó a tiempo para el paralítico de Betesda: Cuando el paralítico pensó que nunca sería sano debido a que siempre otro le ganaba en entrar primero al estanque cuando era agitado por un ángel, Jesús llegó a tiempo para sanarle de su parálisis y pudiese caminar de nuevo. (Juan 5:1-13).


c) Llegó a tiempo para la viuda de Naín: Cuando la madre desconsolada pensó que había perdido para siempre a su único hijo y lo llevaba a enterrar entre lágrimas y mucho dolor, Jesús llegó a tiempo para devolverle la vida a su hijo y entregárselo nuevamente a ella. (Lucas 7:11-17).

II. JESÚS LLEGA A TIEMPO PARA LAS NACIONES

Jesús llegó a tiempo, irrumpe en la historia humana e introduce un nuevo orden de cosas. Establece un nuevo pacto con el hombre y fija un nuevo sistema social, moral y espiritual para Israel y el mundo gentil. Viviendo una vida ejemplar da un nuevo significado a la ley de Moisés. Eleva la moral a su más alto nivel y exige a los hombres a vivir en ese nivel. Anticipa que los que verán a Dios son aquellos de limpio corazón y declara que el hombre tiene esa posibilidad sólo por el nuevo nacimiento.

A. Jesús llegó a tiempo para Israel.

1. Cuando la tradición había suplantado la Palabra de Dios.Los líderes religiosos de Israel habían añadido sus tradiciones y costumbres y lo habían reemplazado por la Ley dada por Dios a Moisés hace miles de años en el Monte Sinaí, y en abierta rebeldía contra Dios no cumplían con los mandamientos divinos y exigían a los demás a cumplir lo que ellos mismo no lo cumplían. Jesús llegó a tiempo para confrontar a estos religiosos hipócritas y descubrirles ante el pueblo, y predicarles que se tenían que arrepentir de sus pecados y volverse a Dios si querían ser salvos.

“Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: ‘Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.’ Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.” Marcos 1:5-8.

B. Jesús llegó a tiempo para el mundo gentil.

1. Cuando todos estuvieron extraviados bajo sentencia de condenación.

Jesús llegó a tiempo, no sólo para los judíos, sino también para los gentiles, que igualmente estaban condenados para perderse eternamente, Él vino a predicar las buenas nuevas de salvación, anunciándoles que el reino de Dios se les había acercado y tenían que arrepentirse de sus pecados y creer en el Evangelio para tener libre acceso al Padre a través de Él, que es el único camino para llegar al cielo.

Y esta gran comisión de llegar con el Evangelio de salvación a los gentiles le encargó a sus apóstoles y discípulos, que son la Iglesia de hoy, para que puedan ir por todo el mundo anunciando las buenas nuevas. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28:18-20.

III. JESÚS LLEGARÁ A TIEMPO EN EL FINAL DE LA HISTORIA

Jesús llegará a tiempo para salvar a la humanidad de su autodestrucción debido a su pecado y rebelión contra Dios y su Palabra. El regresará primero para llevar y rescatar a sus hijos mientras los habitantes de este mundo son probados por siete años con los más grandes juicios que haya experimentado en toda su historia. Y luego regresará a la Tierra con poder y gran gloria, acompañado de sus hijos redimidos y por los ángeles del cielo, para establecer en este mundo su Reino Milenial.

A. Jesús vendrá para recoger a su Iglesia Fiel.

Antes que este mundo sea probado y experimente los más grandes juicios, el Señor Jesús prometió recoger a su pueblo fiel de este mundo, que le espera y ama su venida, para que no pase por la Tribulación de siete años, el mismo Señor Jesús lo describió como el tiempo más terrible y difícil de toda la historia de la humanidad. “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” Apocalipsis 3:10.

B. Antes que su pueblo Israel sea destruido por sus adversarios.

Por su dureza de corazón al arrepentirse y reconocer a Jesús como su Mesías, el pueblo Israel pasará por la Tribulación, y será engañado por el Anticristo al aceptarle como su verdadero mesías y firmar un pacto de siete años. Pero a la mitad de este período, el Anticristo se sacará la máscara y perseguirá cruelmente a los judíos hasta finalmente reunir a los ejércitos del mundo en Jerusalén y exterminarlos por completo. Cuando esté a punto de lograr su propósito, Jesús regresará con poder y gran gloria a la Tierra y destruirá al Anticristo y a sus ejércitos en la Batalla de Armagedón.

“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES... Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.” Apocalipsis 19:11-21.

Reflexión:

Jesús siempre ha llegado y llegará a tiempo. El llega a tiempo para individuos y naciones. El llegó a tiempo para salvarnos del pecado y la condenación eterna. Jesús llega a tiempo en el momento que requerimos su auxilio, en el momento que a él clamamos. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16.

Ante esta seguridad no desesperemos en nuestros momentos más difíciles y sombríos. Él llegará en tiempo y forma para socorrernos. Tanto cristianos como no cristianos debemos estar atentos a lo que dice la Escritura y no a lo que dicen los hombres, porque Dios no retarda su promesa y si bien ha de venir será cuando nuestro Padre lo disponga.

Pero esperémosle con la certeza y seguridad que un día vendrá porque fiel es quien lo prometió, esperémosle cada día, pero conforme a las Sagradas Escrituras porque en ellas Dios nos dice que nadie sabe el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir (Mateo 24:36,42,44,50). Recordemos también que Dios nuestro Padre no retarda su promesa como algunos la tienen por tardanza. (2 Pedro 3:9) Por tanto, exhorto a los cristianos y no cristianos a que crean a Dios y lo que dice su Palabra, que no crean a hombres mentirosos que se atreven a poner fechas a la venida del Señor.

Confiemos en El y esperémosle siempre con esperanza..