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27/3/11

EL ÁRBOL QUE DA FRUTO

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"Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará." Salmos 1:3.

Dios compara a la persona que no anda en camino de malos, que no busca la amistad con hombres impíos, sino que su delicia está en la Ley de Jehová; con un árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, su hoja no cae y en todo tiempo se observa su follaje frondoso y verde.

El cristiano que vive cerca de Dios, su vida será mucho más edificante y espiritual permitiendo ser a su vez, bendición para todos aquellos que le rodean. Mateo 5:16.

Para quienes no es así, aun para los mismos cristianos, si no es su vida de bendición, si no se goza de los deleites y las bienaventuranzas de Dios, es por culpa propia, porque nuestra vida dista mucho de ser cercana a la ley de Jehová.

I.- ¿CÓMO SE PUEDE VIVIR CERCA DE DIOS?

"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente." 1 de Corintios 2:14.

El hombre natural no logra entender la palabra de Dios y no la comprende porque no conoce a Cristo. 1 Corintios 1:18.

Está viviendo meramente una religión, un formalismo o un legalismo tradicional. "Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición." Marcos 7:5-9.

Se puede vivir cerca de Dios primeramente conociendo a Cristo como Señor y Salvador, porque el que conoce a Cristo, conoce al Padre y quién tiene al Hijo tiene al Padre y por consiguiente la vida eterna. "...porque es necesario también que quien se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan." Hebreos 11:6.

Porque "Dios es Espíritu y los que le busquen en verdad, en espíritu es necesario que adoren." Juan 4:24. Es entonces cuando el cristiano que está cerca de Dios, su vida es semejante a aquel árbol plantado junto a esas hermosas corrientes de aguas, que es Cristo, quién al estar gobernando su vida, ésta no puede sino rendir buenos frutos. Porque "en la Ley de Jehová está su delicia y en su Ley medita de día y de noche." Salmos 1:2.

II.- EL CRISTIANO DEBE ALIMENTARSE DIARIAMENTE DE LA PALABRA DE DIOS.

Porque el meditar en la palabra de Dios trae fortaleza. "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí." Juan 5:39, son palabras textuales de nuestro Señor Jesucristo que hablan también de su Grandeza como Dios mismo.

Debe aplicarse a mi vida, no a la del prójimo. "¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?" Mateo 7:3; "Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos." Santiago 1:22.
El meditar en su palabra te debe hacer maduro, sabio, entendido, y cuando esto no sucede, debemos pedir la sabiduría de Dios para lograr el discernimiento espiritual que engrandece nuestra vida cristiana, porque nos permite enfrentar espiritualmente las luchas y pruebas de fuego que Dios permite lleguen a nuestra vida probando nuestra fidelidad, fe y amor a su Nombre.

¿Cómo mostramos nuestra madurez? Poniendo nuestro ojos en Cristo, en nadie más (Hebreos 12:2), a través de la lectura bíblica, la meditación en su santa palabra y en la oración (1 Tesalonicenses 5:17), arrojando como resultado la puesta en práctica de ella, porque se está siendo semejante al árbol que da buenos frutos, porque de día y de noche aplica la Escritura a su vida.

El gozo del cristiano le hace buscar más y más de Dios, de tal manera que espera ansioso los días de congregarse en la casa de Dios. "Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos." Salmos 122:1.

El congregarnos debe ser por amor a Dios, por la sed del alimento espiritual, y nunca por compromiso o por el qué dirán. Porque es el lugar donde encontramos palabras de vida eterna, porque es el lugar donde nos fortalecemos como familia en Cristo, y porque es el lugar ideal para alabar y glorificar unidos el nombre de Dios. Guardando y atesorando su bendita palabra en nuestros corazones. Salmos 119:11.

La pregunta obligada: ¿Qué tipo de árbol somos?

Cualquiera que sea la respuesta, meditemos en que mientras tengamos vida, existe la posibilidad de enmendar errores, de solucionar problemas, y de buscar a Jehová mientra pueda ser hallado, de buscarle en tanto que está cercano (Isaías 55:6), y de ajustar cuentas con el autor y consumador de la fe.

Dios les bendiga.

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