"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo." Mateo 28:19.
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25/4/10
TRES GRANDES ETAPAS EN LA VIDA DEL CRISTIANO
¿Estás viviendo como hijo de Dios, estas etapas; o estas incompleto?
Pablo enfatiza tres cosas que quiere resaltar en la vida de aquellos que realmente han sido alcanzados por Cristo:
En la lectura que comprende desde el versículo 1, hasta el diez; la idea central que gira en torno a dichos versos la encontramos en el numero tres, y que representan un ejemplo, una exhortación y un verdadero reto, para cumplir nuestra gran encomienda, y nuestra permanencia en la tierra.
Son tres grandes etapas que deben involucrar nuestra vida cristiana:
Conversión, Servicio y Constancia en la espera de Cristo.
I.- ¿Cuál fue la obra de la fe de los Tesalonicenses?
Fue su conversión, fue su arrepentimiento, ese cambio de vida, de conducta, de actitud y obediencia por la fe en aquel que un día prometió que volvería por los suyos.
Fuera de toda religiosidad, de toda idolatría y de toda vanagloria, experimentando un verdadero cambio de vida y mostrándolo con sus hechos.
Porque el mundo tiene su propia religión, tiene sus creencias y tiene sus propios argumentos a través de los cuales defienden su “fe”. Se dicen ser cristianos, y sin embargo no dejan sus prácticas pecaminosas como la idolatría, el engaño, la mentira, el odio aun entre las mismas familias, se difaman y destruyen los unos a los otros sin reflexionar si eso es agradable delante de Dios.
Eso no es ser cristiano, el ser realmente un cristiano, es ser un seguidor de Cristo, es vivir un verdadero cambio de vida, porque la Palabra de Dios dice que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, el creyente en Cristo va a dejar atrás esa vida pecaminosa que antes le caracterizaba, para dar paso a una vida nueva llena del amor de Cristo y que lo va a identificar de los demás.
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Tito 2:12 dice: "Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente."
II.- Del trabajo de vuestro amor.
Mientras esperamos: Dios quiere que lo hagamos sirviéndole…
Como hijos de Dios, nuestro deber es vivir sirviendo… la pregunta es…¿A quién estás sirviendo tú? ¿Realmente estás involucrado en el servicio a Dios?
Porque servir al Dios vivo y verdadero significa trabajar en su obra, involucrarse de lleno en el ministerio para el cual Dios le ha llamado, de acuerdo a Efesios 4:11 dice: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros."
Pero independientemente de esto, Cristo nos da la gran encomienda a todos los cristianos: "Id, predicar y hacer discípulos." (Mateo 28:19).
Si yo soy convertido, si me he arrepentido verdaderamente de mis pecados y quiero seguir a Cristo, el paso dos es involucrarme en el servicio a Dios, y el de evangelizar y llevar mucho fruto. Y para que ese fruto permanezca, debo discipular también.
¿Qué es ser un discípulo? Persona que recibe las enseñanzas de un maestro.
¿Quién es nuestro Maestro? Cristo.
No podemos poner pretextos que no sabemos como discipular a un nuevo convertido, porque para ello tenemos las Sagradas Escrituras, y por eso nos congregamos como iglesia para aprender a discernir espiritualmente la Bendita Palabra de Dios.
Pero… ¿Cómo puedes ser un buen maestro? ¿Cómo vas a enseñar a vivir lo que se está aprendiendo?
Para que tu enseñanza tenga un verdadero efecto, y que cause impacto en el que aprende; tienes que ser un verdadero ejemplo.
Tienes que mostrar con tu estilo de vida, que en realidad eres a la vez un buen discípulo de Cristo, porque vives conforme a El.
El servir a Dios llena de gozo, y de satisfacción, y lo mejor de todo, es que tiene sus grandes recompensas en esta tierra y aun Más allá: en el cielo.
III.- La constancia en la espera de nuestro Sr. Jesucristo.
¿Cómo preparamos el recibimiento de una gran Personalidad?
Con emotividad, con dinamismo, con alegría, con esperanza.
Y el cristiano además de todas estas; tiene la certeza y la convicción de que su espera es verdadera. Porque con paciencia aguardamos el advenimiento de aquel que un día nos compró con su sangre preciosa y que nos rescató de las llamas del infierno.
La constancia que debe caracterizar al cristiano, se manifiesta en la diaria preparación en santidad, para el glorioso encuentro con Cristo, crucificando la carne, con sus pasiones y deseos, aguardando con paciencia, y perseverando en su fe.
Siempre listos, siempre dispuestos, haciendo arreglos y preparativos para el gran día, y mucho más cuanto vemos que ese día se acerca, porque solo falta ya el sonar de la final trompeta.
¿Cómo te encontrará Cristo? ¿Preparado? ¿Avergonzado?
Hermano (a): Si tú no estás preparado para el encuentro con tu Señor, es tiempo que te prepares, que hagas hoy una decisión por Cristo. Y que hoy que aun hay esperanza, tomes tu armadura, y te decidas a servir a Cristo el tiempo que nos queda de vida, hay muchas almas rumbo al infierno, y la iglesia de Cristo aun permanece pasiva. No esperemos más y vayamos y llevemos el mensaje de salvación. Recuerda que Dios nos hace responsables por aquellos que tenemos la oportunidad de llevarles el evangelio y no lo hacemos, y si un día mueren sin Cristo, tú y yo seremos culpables.
Amigo (a) que tienes la oportunidad de leer este mensaje, y no sabes lo que será de tu vida después de tu muerte, no tienes la seguridad de dónde estará tu alma después de tu muerte, Cristo quiere que te prepares, que te asegures de ir al cielo y no al infierno.
Dios dice en su Palabra que solo hay dos lugares después de la muerte: El cielo, y el infierno y toda aquella persona que no tiene a Cristo como su Salvador su fin es el infierno, porque la paga del pecado es la muerte eterna y la sentencia de Dios para la humanidad sin Cristo, es el infierno porque a su presencia no podemos entrar con pecado en nuestra vida. El único que puede quitarnos ese pecado es Cristo Jesús.
Reconoce que eres pecador o pecadora y que necesitas a Cristo como tu único y suficiente Salvador personal, pídele que perdone tus pecados y que venga a reinar en tu vida y así podrás gozar de vida eterna en el cielo.
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Que Dios te bendiga…
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18/4/10
PLAN DE SALVACIÓN
Para ser salvo eternamente necesita usted saber estos 5 principios fundamentales. Puede usted no saber nada de la Biblia, ni de la teología; pero precisa que sepa lo siguiente:
1. DEBE SABER QUE ES USTED UN PECADOR ANTE LOS OJOS DE DIOS
La Biblia dice: “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10).
Si es así que no hay ningún justo, entonces usted no es justo ni bueno, sino que es un pecador.
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino” (Isaías 53:6).
“Todos” le incluye a usted. Sólo hay dos caminos: su propio camino y el camino de Dios. Si usted no está en el camino de Dios, entonces está en su propio camino. Se ha desviado, pues, y es pecador a la vista de Dios.
2.- DEBE USTED SABER QUE CRISTO CARGÓ CON SU PECADO
La Biblia dice: “Jehová cargó en él [su siervo justo: Jesucristo] el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6).
Jesucristo hizo tal reparación cuando llevó los pecados de usted en su propio cuerpo en la cruz y murió en su lugar.
3.- DEBE USTED SABER QUE NO PUEDE SALVARSE A SI MISMO
“Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8).
Dice la Biblia “No de vosotros”, pues nadie puede ser su propio salvador. El hecho de que Cristo murió en el Calvario por usted es prueba clara y definitiva de que no puede usted salvarse a sí mismo.
4.- DEBE SABER QUE JESUCRISTO -Y SOLO ÉL- PUEDE SALVARLE
“Llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21), prometió el ángel que anunció el nacimiento de Jesús.
“En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12) “Yo soy el camino…nadie viene al Padre, sino por mí” dijo Jesús (Juan 14:6).
La Biblia dice claramente, pues, que el Señor Jesucristo, y sólo él, puede salvarle. Nadie más.
5.- DEBE SABER QUE NECESITA RECIBIR A CRISTO COMO SU SALVADOR PERSONAL
No importaría cuánto alimento tuviera usted; ello no le salvaría de morirse de hambre si usted no lo come. Si se está muriendo de sed, debe beber el agua que se le ofrece. O si le pica una serpiente y se está muriendo del veneno, debe tomar el antídoto.
“Más a todos los que le recibieron, dióles potestad [derecho] de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre” (Juan 1:12).
¿Cómo puede usted ser hijo de Dios? Reciba al Señor Jesucristo como su Salvador propio y personal.
DEBE USTED HACER SU DECISION
Ahora que sabe estas cinco cosas ¿Qué hará usted? Ahora mismo, ¿le invitará a Jesucristo en su corazón? ¿Le recibirá?
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11/4/10
¿CONOCES TU RESPONSABILIDAD?
¿Cuánto conoces de la Biblia?
Entre más conozcas de la Biblia; mayor es tu responsabilidad delante de Dios.
Y aun si no conoces, también tienes una gran responsabilidad de parte de Dios, porque nos ha dado un espíritu, que es el que discierne las cosas.
Si tú ya eres un hijo de Dios; desde el momento en que recibiste a Cristo, tienes una gran encomienda:
Ezequiel 33:7 dice: "A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte."
Te ha tomado y te ha puesto por Atalaya. (Dios nos ha puesto por vigilantes).
¿Para qué? Para que a través del conocimiento que nos ha dado de su Palabra, vayamos y advirtamos a la gente del peligro que corre.
Debemos avisar al inconverso del gran riesgo que corre su alma, si no se prepara, o se apercibe, si no se prepara para el encuentro con Dios.
Ezequiel 33:1-5 dice: "Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida."
Tenemos que ser responsables de nuestras propias vidas, y aun de las de los demás.
No importa cuán importante seas en tu entorno social o familiar. No importa que cargo o profesión secular desempeñes, ni que tan eminente seas en ello. Dios te ordena: "Id por todo el mundo… Predica y haz discípulos."
No importa tampoco, si encuentras oposición, si te rechazan, Dios dice que vayamos y prediquemos, y a través de sus grandes hombres como Pablo, como Pedro, nos dice una y otra vez, Id.
El atalaya de acuerdo a Ezequiel tenía que emitir un sonido especial a través de la trompeta, de tal manera que la gente tenía que escuchar e interpretar ese sonido, y saber qué tipo de advertencia aquel atalaya les estaba haciendo… Nosotros también debemos dar o emitir un sonido especial de alerta, de advertencia, un mensaje claro y conciso, de tal manera que la gente entienda, y reaccione favorablemente al darse cuenta que corre el peligro de ir al infierno porque ha creído en la veracidad de la advertencia de Dios en su palabra.
Ese mensaje o sonido que el cristiano debe emitir al mundo, debe ser un mensaje claro, sencillo entendible, pero sin rodeos, al advertir que si la gente no se apercibe, su fin es el infierno.
De tal manera, que si lo entiende y se prepara, que bueno, gracias al Señor por ello, pero si no lo hiciere, su sangre será sobre su cabeza y nosotros habremos librado nuestra vida.
Debemos entender de una vez por todas si hasta hoy no estamos cumpliendo, que nuestro deber es ir a predicar a propios y extraños, el mensaje de salvación.
Debo entender también, que delante de Dios y como atalaya a su servicio, soy responsable de su conversión, o de su perdición. Y ahora nos envía a anunciar las buenas nuevas de salvación.
No importa la condición del pecador, Dios le ama grandemente, y Cristo también murió por él. Y Dios quiere que yo vaya y le advierta del peligro. Que vaya y le anuncie el gran amor con que Dios ha diseñado su plan redentor para él.
Juan 3:16 dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."
La pregunta: ¿Puedes discernir espiritualmente este mandato?
Porque el que yo esté aquí no es casualidad, Dios me ha tomado, me ha sacado ya de esas tinieblas en las que me encontraba, y ahora me envía a anunciar su evangelio.
¿Qué tan dispuesto estoy?...
El cristiano genuino debe entender y reconocer que quizás nos falta discernir entre lo que es religión o religiosidad entre los cristianos y lo que es el verdadero Cristianismo.
Porque debemos saber que religiosidad o religión es el medio del hombre para llegar a Dios bajo sus propios razonamientos pero el Cristianismo verdadero es el pecador realmente alcanzado por Dios.
¿Qué quiere decir esto?
Que aquel pecador alcanzado por Dios, es realmente una nueva criatura en Cristo y lo va a demostrar con sus hechos.
Esperemos que muchos cristianos en verdad sean capaces de discernir esto y estén dispuestos a obedecer a Dios.
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