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12/9/10

CRISTO HACE UNA INVITACIÓN ¿CUÁL SERÁ TU DECISIÓN?

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El propósito bajo las normas divinas de Dios y a través de Cristo, es que el cristiano cada día de su vida pueda estar libre de todo afán, libre de cargas de este mundo, lleno de paz en su alma, y con el único y firme propósito de vivir para su servicio.

Esto sin embargo, no implica que se tengan que descuidar o dejar de hacer las cosas o compromisos seculares que de una u otra manera hemos adquirido para con el mundo, lo que nuestro Dios quiere, es que podamos entender Qué es lo más importante, sin dejar de hacer aquello…

Mateo 11:28 y 29 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”

No importa qué tipo de carga tengas hermano (a), no importa cuan grande sea tu necesidad, el Señor Jesucristo nos invita a depositar como cristianos todas nuestras cargas en él. (Salmo 55:22; 1 Pedro 5:7).

Honestamente, a veces queremos llevar cargas que no nos corresponden y en nuestro afán por querer solucionarlo todo conforme a nuestras fuerzas, hacemos a un lado a Cristo, y nos dejamos llevar por las corrientes del mundo que el día menos pensado, ya estamos actuando como si desconociéramos las reglas por las cuales debemos regirnos como hijos de Dios, y acabamos siendo esclavos de nuestros propios afanes incurriendo en pecado delante de nuestro Padre.

¿A qué tipo de cristiano pertenecemos? ¿Somos como aquellos descritos en Jeremías 6:16 y 17?

“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. Puse también sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad al sonido de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos."

¿Sabe porqué muchas veces somos malos cristianos? ¿Por qué muchas veces vemos pasar y pasar los años sin que en nuestra trayectoria como creyentes pasen grandes cosas, y podamos ver triunfos y lograr frutos para aquel que nos salvó?

Porque los afanes de la vida, y el querer involucrarnos o mezclarnos en lo espiritual con lo terrenal, terminan por confundirnos sin llegar a tomar conciencia plena si verdaderamente lo que estamos viviendo y haciendo para Dios según nuestros criterios, a él le agrada…

Las iglesias hoy en día, hablando de las Iglesias Evangélicas Bíblicas Fundamentales, toman como prioridad el delegar cargos y responsabilidades organizando eventos que si bien son de edificación espiritual van encaminados principalmente al pueblo creyente, se crean cargos publicitarios, dentro de las iglesias, se crean cargos de difusión pública, se programan y se llevan a cabo eventos pastorales, conferencias femeniles, juveniles y hasta infantiles; pero no tomamos en cuenta, que todo ello va dirigido a una comunidad ya creyente.

¿Pero, qué hay de aquellas actividades cuyo propósito sea el evangelismo personal?

Usted y yo ya vamos con rumbo al cielo, ya hemos asegurado nuestra salvación por la gracia de Dios en Cristo; pero ¿y los inconversos?, ¿Cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Cómo creerán si no hay de por medio un vivo testimonio de alguien que tenía la misma condición de perdido y que un día fue alcanzado por la misericordia de Dios? ¿Y de qué manera podrán enterarse si los cristianos que podemos anunciar el verdadero evangelio estamos inmersos en los afanes y compromisos espirituales que no están contemplando actividades evangelísticas? (Romanos 10:14-15).

¿Por qué no organizar grandes Campañas cuyo propósito fundamental sea el diseñar y poner en práctica ideas y estrategias evangelísticas que sean capaces de alcanzar hasta los puntos más recónditos de la tierra? Así como dijo Cristo; “Que su mensaje sea oído en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

Cristo dijo también que usted y yo somos la luz del mundo, y esta luz debe alumbrar, para que sean vistas nuestras buenas obras, y a través de ellas, la gente glorifique a Dios. (Mateo 5:13-16) Pero con tristeza, podemos observar que si no estamos llegando a los corazones de la gente con el mensaje de salvación, entonces no somos esa luz que Cristo quiere.

Recordemos que cada uno de nosotros somos miembros del cuerpo de Cristo, y todos esos miembros articulados entre sí es lo que pone en un buen funcionamiento a todo el cuerpo, y si como miembros estamos débiles y no tomamos la fuerza para poder alumbrar a aquellos que se encuentran en obscuridad, el cuerpo acabará debilitándose también y en consecuencia su decadencia será tal que acabará en una muerte espiritual.

Dios nos ha puesto en este mundo, precisamente para que el mundo le glorifique a él a través de esa luz que refleja nuestra vida, pero si nuestra vida les está dando honra a otros dioses, entonces nuestras acciones son las que pisotean al Hijo de Dios. Consideremos esto y encaminemos nuestras acciones hacia el único propósito por el que Dios nos ha salvado, que es llevar al evangelio a los perdidos para que ellos puedan ser salvos también.

Mateo 5:14 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte, no se puede esconder."

Y nosotros hemos sido puestos sobre ese monte, y en lo alto, nuestra luz debe brillar…

¿En realidad estamos trabajando para Cristo? ¿Cuál es esa luz que estamos dando? ¿Es quizás una luz que se esta debilitando poco a poco y que ya no está alumbrando el camino que deben seguir aquellos que andan en obscuridad? ¿O es una luz que probablemente se ha extinguido por completo?

Pero también hay otra luz de esperanza para nosotros como seguidores de Cristo, “Despertemos si es que estamos durmiendo” porque aun tenemos la vida en nosotros y eso significa una gran esperanza para levantarnos de entre los muertos y hacer lo que hasta ahora quizás no hemos hecho por Cristo.

Dejemos aquellas cosas que nos impiden cumplir con el verdadero ministerio que nos toca, dejemos todas nuestras cargas en Cristo y despojémonos de todo afán y aquellas cosas que nos asedian para cumplir con la verdadera encomienda de ir y predicar el evangelio a toda criatura. Que nos impulse y nos motive la hermosa esperanza que nos aguarda la corona de vida eterna, los galardones que Dios ha prometido a los que le aman porque eso es lo único que verdaderamente le da sentido a la vida del cristiano. Todo lo demás, es solo vanidad.

Que la paz de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, alumbre nuestros corazones, y podamos ser bendecidos y motivados para ir al campo, y sembrar la preciosa semillas de buenas nuevas y salvación en Cristo…

PORQUE EL PLAN DIVINO DE DIOS ES: “HOMBRES, PARA SALVAR HOMBRES”.

Dios les bendiga enormemente.

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