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1/8/10

LA IMPORTANCIA DE CONGREGARNOS



Hebreos 10:25 dice: “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”

La Biblia tiene un status, un patrón o un modelo a seguir, de tal manera que su organización y funcionamiento sea siempre en las condiciones más óptimas. Y no solo eso, sino que en verdad pueda haber bendición y edificación espiritual para los creyentes.

No debemos olvidar también que el extremismo, siempre afecta, por tanto, si en verdad queremos tener un culto espontáneo y vívido, un culto que en verdad agrade a Dios; debemos asegurarnos de:

I.- No traer en su persona, algún pecado o práctica pecaminosa, no confesada a Dios.

Cuando esto sucede en algún miembro de la iglesia, afecta grandemente al cuerpo de Cristo. Porque el pueblo de Dios somos un solo cuerpo y por más “pequeña que sea la falta”, afecta en gran manera a la iglesia.

Hay pecados en nuestra vida que a simple vista los hermanos no pueden detectarlos o verlos, porque se hacen en oculto, pero no debemos olvidar que a los ojos de Dios todas las cosas están desnudas.

Y Dios exige, que sea quién sea dentro de su iglesia, desde el más pequeño hasta el más grande, sea solo un miembro, o líder de la misma; cuando hay en su vida una practica de pecado debe ser confesada y desechada delante de Dios, porque sin duda alguna la iglesia va a ser afectada fuertemente, de manera espiritual. Porque el pecado trae consigo muerte espiritual.

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 6:23; “Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.” Santiago 1:15.

Esa es la razón por la cual no hay ese culto lleno de avivamiento, con ese gozo que se quisiera tener porque hay pecado en nuestra vida y que nos impide proyectar a los demás, porque es imposible compartir o dar algo que no poseemos.

“Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente.” Salmos 51:12. David había pecado, y por ello perdió la comunión con Dios, y no solo eso; también perdió el gozo de su salvación, porque así es el pecado, nos arrebata la comunión con nuestro Padre.

El pecado una vez que ha sido concebido da a luz la muerte, y el pueblo de Dios siempre debe estar en alerta para evitar por todos los medios de incurrir en graves faltas delante de Dios.

Y antes de entrar al templo, debe despojarse de todo pecado si en verdad su prioridad es ser bendecido y edificado.

II.- Debemos tener en mente y corazón, la razón por la cual nos congregamos cada día de culto.

En nosotros debe existir la certeza del porqué nos congregamos.

¿Por qué se congrega usted?

a) ¿Porque solo hay religiosidad en su vida?

b) ¿Por el qué dirán?

c) ¿Porque quizás hay un reporte dominical y debemos estar preparados por si nos cuestionan en ello?

La única razón que debe imperar en los hijos de Dios, en su mente y corazón; que la única razón es para honrar y glorificar a Dios por todo lo que él ha sido con nosotros, en todo tiempo y en todo aspecto. Por lo tanto, ese agradecimiento debe de salir de lo más profundo de nuestro corazón y por tal motivo y como consecuencia, habrá el deseo de querer vivir en completa santidad delante de Dios.

Nuestra mirada debe estar puesta solo en Cristo, porque cuando desviamos nuestra vista hacia las personas nuestra vida irá cada vez más en decadencia.

“Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí.” Marcos 7:6.

Cuando venimos a congregarnos, nuestra mentalidad debe ser que venimos a ofrecer a Dios lo mejor de nosotros. Con alabanzas, con nuestras primicias y ofrendas. Con nuestros diezmos y con nuestras ofrendas de amor, con nuestras alabanzas.

Porque dice la Biblia, que ninguno se presentara ante Dios con las manos vacías. Y aquel que verdaderamente le ama, lo va a demostrar con sus hechos.

Bueno es alabar a Jehová y cantar Salmos a nuestro Dios en todo momento de nuestra vida. “Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.” Salmos 92:1.

Debemos tener en mente también, que venimos a tener compañerismo con nuestros hermanos, y ese compañerismo se verá manifiesto en que unánimes se honrara y glorificara a Dios con la alabanza y conviviendo en armonía como dice la Biblia. “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!” Salmo 133:1

III.- Debemos asegurarnos que la Santa Trinidad está con nosotros.

Si esto no sucede en cada cristiano, entonces todo lo que se haga será en vano, será hueco y sin sentido.

Asegurémonos que ella no está excluida por nuestro tecnicismo. (No debemos ser nosotros los que queramos tener el control de todo).

Dejemos que el Espíritu Santo haga la obra en nosotros, ser de un corazón humilde y sencillo delante del Señor.

No debemos dejar de lado a la Santa Trinidad por nuestro humanismo.

¿Oramos al levantarnos?

¿Pedimos la voluntad de Dios y la bendición para nuestra vida cada vez que vamos a encaminarnos a la casa de Dios?

Tampoco debemos excluirlos por nuestro liberalismo. No ser hipócritas, mostrando aparente santidad mientras estamos en el templo y fuera de él o en casa actuamos con todo libertinaje.

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20.

No debemos actuar como una iglesia que desecha o le resta importancia al congregarse, de proyectar un buen testimonio, de mostrar al mundo su santidad y consagración.

Asegurémonos, que la Santa Trinidad, no se queda afuera, ni de nuestra vida, ni de nuestro Templo.

Dios les bendiga…