"Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros. Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor. La salutación de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén." Colosenses 4:15-18.
Un ministerio, es un trabajo en la obra del Señor.
Arquipo era un misionero, un evangelista al servicio de Dios, pero quizás no estaba cumpliendo del todo, por ello el encargo de Pablo.
Hermano, hermana, quizás también nosotros estamos como Arquipo, hay tal vez una o más áreas en nuestra vida, en las cuales le estamos fallando al Señor, Dios lo sabe y nosotros también. Y él en su Palabra nos exhorta a cumplir con nuestro ministerio.
Por ello es importante identificar el ministerio por el cual Dios nos ha llamado; pero no debemos ignorar, que la encomienda para todo cristiano es ir y predicar el evangelio, porque independientemente de ser llamado a prepararte en una Escuela Bíblica, Dios te ha llamado a servirle llevando las buenas nuevas. Y cuando Dios nos llama, él también nos dice para qué nos llamó. Éxodo 3:4 y Efesios 4:7-12.
Cuando aún no hemos identificado nuestro ministerio, no podremos cumplir del todo porque ignoramos para qué fuimos llamados.
A. MIRA QUE CUMPLAS. 2 Timoteo 4:5
Debemos entender la seriedad del ministerio, porque es cosa de Dios, porque es la obra de Dios.
Y la obra de Dios no se descuida, no se toma a la ligera, se cuida en testimonio, porque nuestro enemigo más grande, es nuestra propia persona.
Tenemos que entender que esta encomienda la hemos recibido de parte del Señor, y quien entiende la magnitud de este compromiso; va servir siempre con la mejor disposición, y sin horario de tiempo ni lugar.
Recordemos que fiel es Dios por el cual fuisteis llamados a la comunión. (1 Corintios 1:9). Nosotros hemos sido llamados a tener comunión con él por medio de nuestro Señor Jesucristo, y esa comunión ya estaba rota, pero Cristo la hizo posible en la cruz.
¿No es esto motivo suficiente para estar agradecidos con nuestro Salvador y rendir nuestra vida a su servicio?, ¿Cuánto tiempo podemos servirle en realidad? ¿No es nuestra vida relativamente corta? Sea cual sea el tiempo que el Señor nos preste de vida, nunca será suficiente para terminar de agradecerle el haber sido rescatados de ese lugar de condenación eterna al que íbamos sin remedio de no haber sido por el grande amor con que Cristo nos amó.
Por ello Dios nos ha llamado para ser un pueblo diferente, un pueblo que muestre que Cristo vive en nosotros.
El camino y ministerio del Señor no es fácil y presenta muchos tropiezos, muchas persecuciones, tribulaciones, pero en las manos de Dios, es un camino que al final tiene muchas bendiciones porque el proceso de moldearnos es doloroso, pero al final Dios nos convierte en preciosas joyas. (Job 23:10; Juan 16:33).
Consideremos: ¿No vale La pena correr todos los riesgos? Si al final de toda nuestra carrera Dios nos dará la mejor recompensa, la vida eterna en el cielo y los grandes galardones que tiene para nosotros por nuestro trabajo.
¿Qué tipo de siervo o de sierva quiere ser usted?, aquel al que Dios le diga: “Bien buen siervo y fiel” o “siervo malo y negligente?...
La postura de nuestro Señor Jesucristo es el mejor ejemplo para nosotros, pues él mismo siendo Dios, siempre se sometió a la voluntad de su Padre, y cumplió su ministerio hablando a la gente de la salvación de Dios para la humanidad.
Y si a él siendo Dios no le creyeron, no esperemos que a nosotros todo el mundo nos crea, también seremos maltratados y despreciados por causa de Cristo, pero eso solo debe ser motivo de gozo porque bien vale la pena, el padecer por causa de Cristo. Porque si él siendo Rey, vino para servir a la humanidad y dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 8:28).
B. COMO DEBE SER NUESTRO SERVICIO:
Siguiendo con exactitud el ejemplo de Cristo; Mateo 4:10. Nuestro lema debe ser adorar y servir solo a Dios.
El cristiano es servidor de la mejor empresa del mundo, trabajamos para nuestro Amo que es el Señor Jesucristo, pero también es cierto que debemos cumplir con los requisitos que Dios establece en su Palabra, para ingresar a las filas de sus trabajadores.
1.- DEBEMOS TOMAR UNA ACTITUD DE SIERVO:
Romanos 1:1
Un buen siervo, siempre está pensando en la mejor manera de hacer la obra de Dios.
2.- DEBEMOS SERVIRLE DE TODO CORAZON:
Deuteronomio 10:12; Efesios 6:7
Sirviendo de buena voluntad. Nuestra actitud debe ser siempre el dar, sin esperar nada a cambio.
3.- SERVIR CON ALEGRIA:
Salmos 100:2
Mostrando buen ánimo, con alegría en nuestros rostros y en nuestros corazones, con un carácter amable, sumiso y en actitud de obediencia.
4.- SERVIR CON HUMILDAD:
Hechos 20:19
Dios no se agrada de cristianos arrogantes, él siempre está dispuesto a bendecir a quien le sirve con humildad, siempre bajo el régimen y control del Espíritu Santo.
Para que nuestro servicio a Dios sea efectivo, útil y de bendición tiene que ser guiado y controlado totalmente por el Santo Espíritu de Dios.
5.- DEBEMOS SERVIR A DIOS BAJO SUS PRESCEPTOS Y NO BAJO LOS NUESTROS:
Mateo 10:16
Recordemos que Dios, nuestro jefe, no contrata a nadie que quiere hacer las cosas a su parecer.
Juan 12:26 dice: “Si alguno me sirve, sígame, y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”
Así que si Dios te ha llamado, ha sido con un propósito, y éste es que le sirvas, que vayas y prediques el evangelio, que vayas y lleves las buenas nuevas de salvación, porque no queda mucho tiempo, Cristo viene pronto, o quizás pronto vayamos ante su presencia y la pregunta es: ¿Iremos al cielo con nuestras manos vacías? ¿Qué tanto trabajo hemos hecho, y cómo lo hemos hecho para Dios?
Nuestro buen Dios les bendiga y cumpla su palabra en nosotros.
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