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22/8/10

LA OBRA DE DIOS EN EL MUNDO INCONVERSO


En este articulo, queremos compartir lo que Dios dice en la Biblia acerca de Su obra en las personas de este mundo para su salvación.

La obra de Cristo por y para todos:

1. Dios no quiere que ninguno (ni uno) perezca (2 Pedro 3:9)

2. Dios quiere que todos (sin límite: todos son todos) sean salvos (1 Timoteo 2:3-4).

3. Por esto y para este fin, Cristo murió por todos (Juan 3:16; 1 Juan 2:2; Hebreos 2:9).

La obra de Dios en mundo (en todos): Debido a la obra de Cristo por todos, Dios hace algo en y para todos…

4. El Espiritu Santo convence a todo el mundo de pecado, de justicia y del juicio por venir (Juan 16:8).

5. El Padre atrae a todos a Cristo (Juan 6:44).

6. Cristo atrae a todos a Sí mismo (Juan 12:32).

La obra de Dios en cada individuo:

7. Dios usa la predicación de la ley moral (por medio de la conciencia de uno - Romanos 2:14-16 - y por medio de la predicación de la misma - Romanos 3:19-20) para darle al individuo el conocimiento de sus pecados personales con su Creador.

8. Dios usa este conocimiento del pecado (por la ley) para producir en el individuo el temor de Dios y del juicio (como en Éxodo 20:18-20, donde lo que produjo el temor fue la ley: Éxodo 20:1-17). La ley hace que el juicio de Dios sea razonable.

9. Dios usa el conocimiento del pecado y el temor de Dios para guiar al pecador al arrepentimiento. O sea, con el conocimiento de pecado, uno comprende que Dios es Bueno pero que él (el pecador) es malo y que ha ofendido gravemente a Dios. Esto quebranta su corazón y al pecador viene una tristeza, temor y reverencia a Dios. Es decir que la tristeza lo guía al arrepentimiento para salvación (2 Corintios 7:10; Gálatas 3:24). Al comprender la ley moral, el pecador comprende que realmente merece el castigo eterno por haber roto una ley de valor eterno. Pero al ver la benignidad de Dios en la obra de Cristo y comprender que quiere salvarlo, ello le guía al arrepentimiento (Romanos 2:4).

10. Pero la ley son las “malas noticias” del pecado. El evangelio es las “buenas nuevas” de salvación en Cristo. La Biblia dice que cuando el pecador oye la predicación del evangelio (Romanos 10:13-16), en ese mismo momento de oír, Dios le da suficiente fe para ser salvo (lo hace sin acepción de personas; Él les da a todos los que oyen el evangelio suficiente fe para ser salvos; Romanos 10:17). Lo que uno hace con esta fe (si la pone en Jesucristo para salvarlo o se decide no hacer nada) depende de la persona, pero Dios no hace acepción de personas (Hechos 10:34; Lucas 11:10).

La responsabilidad de cada individuo:

11. Dios manda a todos los pecadores en todo el mundo que se arrepientan (Hechos 17:30-31), entonces es la responsabilidad de cada individuo responder a este llamado con una decisión por su propio libre albedrío (su propia voluntad) y arrepentirse de sus pecados.

12. Con su corazón no regenerado, el pecador no regenerado puede responderle a Dios creyendo en Jesucristo para la salvación. Entonces, creer con el corazón sucede antes de la salvación; es una condición que Dios pone delante de todos los pecadores (Romanos 10:9-13).

13. La conversión: Lo anterior (arrepentimiento y fe; o sea, “creer en el Señor Jesucristo”) se llama “conversión” en la Biblia porque el pecador se convierte “de los idolos a Dios” (1 Tesalonicenses 1:9). Es algo que el hombre hace, respondiendo a la obra que Dios hace en su vida por medio de la predicación bíblica del evangelio. Con la conversión, el hombre decide dejar lo pecaminoso y se vuelve al Dios vivo para servirle.

14. El pecador, entonces, oye el evangelio primero y luego cree (arrepentimiento y fe; la “conversión”). Después de esto, él recibe el Espíritu Santo, Quien lo regenera (Efesios 1:13-14; Tito 3:5). Para nacer de nuevo como un hijo de Dios (o sea, para recibir la regeneración, la nueva vida espiritual, de parte de Dios) uno tiene que creer primero (Juan 1:12-13).

15. El creyente es salvo por fe, no por obras (Efesios 2:8-9).

La siguiente imagen explica un poco más el esquema de los cuatro puntos:

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