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13/2/11

LAS PRUEBAS EN EL PUEBLO DE DIOS

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Bienaventurado el varón que soporta la tentación

Santiago 1:12

Dios, de la misma manera que probó a su pueblo, nos prueba o permite que las pruebas lleguen a nuestra vida, porque de esta manera conoce nuestra fe, nuestra fidelidad y nuestro amor por él y por su obra.

Las pruebas revelan lo que hay en nuestro corazón. Humanamente nos pueden medir por ejemplo la temperatura corporal por medio de un termómetro, y según los resultados será la aplicación de ciertos medicamentos para la sanidad física; pero para ver la clase de cristianos que somos, son necesarias las pruebas, y esta sería una forma de sanidad espiritual.

Dios estaba preparando al Patriarca; al padre de la nación de donde iban a emerger los grandes profetas, los grandes predicadores y los grandes maestros. El padre de quien iban a salir y cumplirse todas las promesas de Dios: Abraham.

A través de diversas pruebas Abraham fue probado, fue preparado, fue moldeado, porque así fue necesario para que se pudiera cumplir la obra redentora de Cristo en la cruz. (Hebreos 11:17).

Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia, cuando le obedeció y salió de su pueblo y de su parentela en busca de la tierra prometida, creyó a Dios cuando le dijo que de él nacería un hijo a tan avanzada edad, y creyó cuando Dios le dijo que él sería el padre de muchedumbres. (Hebreos 11:8; Romanos 4:13, 22).

Le nace Isaac, y Abraham comprende que había valido la pena el haber creído, obedecido y confiado en el autor de la vida. ¿Qué tanto confiamos nosotros en Dios y en sus promesas?

Podemos mencionar tres grandes pruebas que Dios aplicó en la vida de Abraham:

1.- DIOS PROBO SU CORAZÓN

(2 Corintios 2:9)

Dios probó a Abraham con cosas que realmente no entendía, así pasa en nosotros, y Dios sabe porqué a veces nos prueba con cosas que son muy difíciles de entender para nosotros. Dios sabe que son necesarias porque éstas van a probar nuestra fe y fidelidad, qué tan dispuestos estamos a obedecer su palabra. (2 Corintios 8:8).

Probó a Abraham con el sacrificio de su hijo Isaac. Podemos pensar quizás: ¿Acaso Abraham no pudo dudar pensando que porqué Dios le estaba quitando ahora a su único hijo, cuando se le había prometido que a través de él serían las promesas?, ¿Acaso no pudo haber pensado Abraham que probablemente a Dios se le había olvidado la promesa hecha y que siendo ya viejo no podría ver quizás cumplirse tales promesas? Seguramente al leer este pasaje podemos preguntarnos muchas cosas al respecto, pero cuando conocemos la respuesta de Abraham, podemos darnos cuenta de la magnitud de la fe y confianza que este hombre tenía en Dios. Y las circunstancias en que a veces somos probados como cristianos son porque Dios está probando nuestro corazón. (Romanos 5:1-4).

Debemos tener mucho cuidado con aquellas “filosofías cristianas” que dicen que si somos cristianos vamos a tener solamente prosperidad económica, salud, bienestar etc. Esas son mentiras disfrazadas de Satanás que actualmente están engañando y cegando a miles y miles de personas provocando que con ello vayan al infierno creyendo que siguen el evangelio de Cristo. Sería muy interesante que en verdad escudriñaran las Escrituras y de manera espiritual llegaran al verdadero discernimiento de las verdades Bíblicas inspiradas de parte de Dios.

2.- DIOS PROBÓ SU AMOR

(2 Corintios 8:24).

Dios probó la caridad de Abraham. El corazón de Abraham estaba centrado en aquel niño, en su hijo. Dios se lo estaba pidiendo en sacrificio, probando con ello el amor de Abraham.

Reconsideremos esto queridos hermanos: ¿Qué es lo que revela nuestro corazón en realidad cuando vienen las pruebas de parte de Dios a nuestras vidas?

¿Verdaderamente mi actitud y la suya son de plena confianza y de obediencia a Dios y a su palabra? ¿Nuestras acciones y pensamientos están centrados en que lo que pasa en nuestra vida cristiana es porque Dios lo permite y porque estamos seguros que todas las cosas nos ayudan a bien, y en esa confianza y seguridad descansamos? (Romanos 8:28).

¿Qué pide Dios de usted y de mí? La respuesta la conocemos, sabemos que debemos llevar mucho fruto porque en esto conocerán que verdaderamente somos sus discípulos. ¿Qué clase de fruto llevamos a los pies de Cristo?

3.- DIOS PROBÓ LA FIDELIDAD DE ABRAHAM

Cuando Dios le dijo a Abraham que en Isaac le sería llamada descendencia, y ahora estaba a punto de sacrificar ese único hijo, con esa plena confianza y amor en Dios, podemos leer a través de la Biblia que él no pronuncio una queja, una inconformidad hacia Dios por ese enorme sacrificio que le estaba demandando y eso nos muestra la confianza de Abraham hacia Él. Cuando miramos humanamente, vamos a ver lo material, nos afianzamos a ello y no nos es fácil dejarlo.

Cuando Dios habla y tenemos una base bíblica, no debemos tener miedo, solo debemos confiar y obedecer teniendo como base y sustento la palabra de Dios. Tenemos el hermoso y edificante ejemplo de Abraham.

Reflexión: Cuando Dios decidió mandar a su Hijo; era la revelación más grande que el hombre podía ver del corazón de Dios.

Dios está mirando hacia el mundo, y todo su amor y corazón hacia ustedes y hacia mí fue dado en el Señor Jesucristo. Y lo que Abraham hacía con el sacrificio de su hijo Isaac, era un presagio de que un día Dios iba a entregar a su propio Hijo, porque era la UNICA MANERA en que ustedes y yo podíamos tener acceso a la presencia de Dios. (Juan 3:16; Hechos 4:12).

¿Podemos pensar en esto? Cuando Abraham estuvo a punto de sacrificar a su único hijo, Dios estando seguro de la fidelidad de Abraham, detuvo su mano para que no lo matase. Pero… cuando Cristo fue sacrificado, no hubo quien detuviera su mano, porque en ese sacrificio estaba inmersa su salvación y la mía, y todo por el inmenso amor de Dios para con la humanidad. (Hebreos 11:17; Hebreos 12:2).

Que Dios nos ayude a reflexionar seriamente en esto. ¿Quiénes somos nosotros para que Dios en su Santidad pusiera sus ojos en nuestra miserable vida? ¿En realidad merecemos el enorme sacrificio de Cristo en la cruz dejando su gloria y su reino por venir a sufrir el más cruel de los tormentos para darnos la vida eterna? ¿No cree usted que bien vale la pena ir y compartir con otros el enorme amor de Dios y su salvación en Cristo Jesús? Dios le bendiga.

1 comentario:

  1. Anónimo27/6/12

    Amén! Qué artículo tan verdadero e interesante.


    LR.

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