Condiciones generales para llevar personas a Cristo
Hay ciertas condiciones cuyo cumplimiento es absolutamente esencial para obtener éxito para llevar a las personas a Cristo. Estas condiciones son sencillas y eficaces, de modo que todo cristiano que desea evangelizar pueda alcanzarlas.
1. El que desea tener éxito para llevar a las personas a Cristo tiene que ser realmente convertido.
Jesús dijo a Pedro: “Cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos”. Pedro no estuvo en condición de ayudar a sus hermanos hasta que él mismo, después de su cobarde negación, hubo vuelto otra vez a su Maestro de todo corazón.
Si deseamos llevar a otros a Cristo tenemos que dejar todo pecado y cosa mundana o egoísta y darle a Él el derecho absoluto de reinar sobre nuestros pensamientos, intentos, y acciones. Si hay algo que deseamos hacer y no nos sometemos a Cristo para que Él haga lo que desea por medio de nosotros, careceremos de poder, y estarán perdidos los hombres a quienes pudimos haber evangelizado.
La aplicación de este principio en la vida del cristiano para decidir su acción en un caso dado, es cosa que todo individuo tendrá que determinar por sí mismo, teniendo presente que busca el honor de Cristo, y no su propio querer, si de corazón pide que Dios le guíe en lo que trata de hacer.
2. El que desea tener éxito para llevar a las personas a Cristo tiene que tener amor para con las almas, es decir, un ardiente deseo para salvar lo que se habia perdido.
Si no tenemos amor por las almas, nuestros esfuerzos serán mecánicos y sin resultados positivos. Puede ser que sepamos cómo acercarnos a las personas y qué decirles, pero nuestras palabras serán sin autoridad espiritual y no llegarán al corazón. Pero si como Pablo tenemos (Romanos 9:2) “gran tristeza y continuo dolor en el corazón”, por los perdidos, habrá una solicitud en el tono que no dejará de influenciar aún al más negligente. Y más, si tenemos amor por las almas, estaremos continuamente alerta, buscando las oportunidades para hablar con ellos, ya sea en la calle, en el taller, en el almacén, en el hogar, en el autobús o en cualquier parte que se nos presente la oportunidad.
Pero, ¿cómo podemos llegar a sentir amor por las almas? Es fácil contestar a esa pregunta. Primeramente, el amor por las almas como toda gracia cristiana, es la obra del Espíritu Santo. Si creemos que no tenemos ese amor por las almas, como debiéramos tenerlo, lo que hay que hacer es ir a Dios y confesar humildemente la falta que sentimos en nuestras vidas y pedirle que supla por el Espíritu Santo lo que tanto necesitamos y, esperar confiadamente que lo hará (Juan 5:15; Filipenses 4:19).
En segundo lugar, el Señor Jesús tenía un amor intenso por las almas (Mateo 23:37; Lucas 19:10) y la comunión intensa y constante con Él impartirá a nuestras vidas esa gracia que tuvo lugar tan prominente en Él.
En tercer lugar lo que uno siente resulta de lo que uno mismo piensa. Si deseamos tener un sentimiento en nuestras vidas debemos llenar nuestras mentes de pensamientos apropiados a ese sentimiento. Si cualquiera persona salvada piensa con discernimiento en el peligro e infelicidad de otra no salvada y en el valor de su alma ante Dios mostrado por la muerte de Jesús para salvarla, un deseo intenso por la salvación de esa alma le llenará el corazón.
En cuarto lugar, reflexión sobre nuestra condición infeliz y arruinada sin Cristo, y en el gran sacrificio que Él hizo para salvarnos, es seguro que llenará nuestros corazones con el ardiente deseo de llevar a otras a Aquél que hemos hallado.
3. El que desea tener éxito para llevar almas a Cristo debe basarse y guiarse de la Biblia, ya sea en forma oral o escrita
La palabra de Dios es la espada del Espíritu (Efesios 6:17). Es el instrumento que Dios utiliza para convencer de pecado, revelar a Cristo y regenerar al hombre.
Si trabajamos para Dios, la Biblia sería el instrumento en el cual tendríamos que confiar y con el cual deberíamos llevar a las personas hacia Él.
Tenemos que saber usar la Biblia, ya sea en forma oral o escrita, porque recordemos qe es Dios quien habla a través de nosotros usando su Palabra
a) Para mostrar a las personas que tienen necesidad de un Salvador.
b) Para mostrar que Jesucristo es el que suple esa necesidad.
c) Para mostrar cómo apropiarse de esa salvación que Cristo ofrece.
d) Para sobrellevar las dificultades del camino a seguir, a fin de que le acepten sin demora.
4. El que desea tener éxito para llevar almas a Cristo, tiene que orar mucho.
Una obra eficaz en este sentido tiene que ser acompañada de la oración a cada paso.
a) Hay que pedir a Dios nos dirija a las personas que vamos a evangelizar.
b) Hay que pedir a Dios que nos muestre lo que hay que decir a aquéllas personas a quienes nos dirige.
c) Hay que pedir que Dios imparta poder a lo que Él nos ha dado que hablar. No solamente necesitamos un mensaje de Dios, sino la ayuda del Espíritu Santo para que ese mensaje alcance el blanco.
d) Hay que pedir a Dios que continúe la obra después de haber nosotros concluído. Después de haber hecho todo lo que podíamos, no importa cuál sea el resultado aparente sea un éxito o no, siempre conviene presentar todo a Dios en oración.
En esta época en que las cosas van rapidamente si hay algo que prime sobre cualquiera otra necesidad, es la de que el cristiano que evangeliza debe orar más y más. Si oramos más, no trabajaremos menos, y al fin alcanzaremos mucho más.
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