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26/12/10

MANUAL PARA TESTIFICAR (III): «CÓMO EMPEZAR UN ENCUENTRO PARA TESTIFICAR»

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Tú nunca deberías simplemente acercarse a alguien e inmediatamente empezar a hablar acerca de Jesús. En vez de esto, empieza con algo en el ámbito natural y luego cambia al sobrenatural. Habla acerca del fútbol o del clima, y luego utiliza algo de las noticias para dirigir la conversación hacia lo espiritual. Es clave que siempre estés atento e intencional en tus conversaciones. Si siempre mantienes el evangelismo en tu mente, encontrarás una manera de darle vuelta a cualquier conversación y hablar acerca de la fe.

Por ejemplo, la muerte de una persona célebre o importante siempre es una noticia grande y por esto es una buena manera de abrir una puerta para hablar de las cosas espirituales.

“¡Hola! ¿Cómo estás?”

“Muy bien, ¿y tú cómo estás?”

“Genial, gracias por preguntar. ¿Supiste que __________ (llena el espacio con el nombre de la persona muerta) acaba de morir?”

“Sí, qué mal.”

“¿Te hace reflexionar un poco y pensar en lo que nos va a pasar después de la muerte.”

“Sí, así es.”

“¿Qué crees que te va a pasar a ti después de la muerte?”

¡Bingo! Ya estás ahí. Usa cualquier noticia o simplemente dile algo que aprendiste en la iglesia esta semana. Esto te llevará directamente a un encuentro para testificar.

O puedes también intentarlo con esto.

“Hola, ¿qué tal? Qué día más bonito, ¿verdad? Lástima, porque parece que voy a estar pasando todo el día bajo techo. Tengo una reunión en la iglesia esta noche y no puedo faltar. ¿Asistes tú a alguna iglesia?”

Tal vez puedas preguntar:

“¿Piensas tú en las cosas espirituales? ¿A dónde crees que vas a ir después de la muerte”.

La gran mayoría dirá:

“Yo creo que voy a ir directamente al cielo.”

“¿Por qué?”

“Porque yo soy bastante bueno... pues, no soy tan malo para ir al otro lugar.”

Es así de sencillo, honestamente. Empieza una conversación. Está atento e intencional para darle vuelta a la conversación y hablar de las cosas espirituales.

Ahora que estás ahí, tienes que recordar estas cinco preguntas en orden, ¿okay? Y yo tengo que confesarte que la primera pregunta y la segunda son las más difíciles de hacer. No hay una manera de evitarlo. Te va a ser bien difícil hacerle a la persona estas preguntas, pero tienes que hacerlo. Mantén en mente que yo he hecho estas preguntas a miles de personas y hasta la fecha nadie me ha pegado en la nariz, ni nadie se ha ofendido. Yo te prometo que una vez que hagas estas dos primeras preguntas, estarás a salvo. Te lo prometo.

¿Listo? Ora a Dios, pídele que te dé valor y haz la primera pregunta...

Continúa: Manual para testificar (IV): «Cinco preguntas básicas para testificar»

19/12/10

MANUAL PARA TESTIFICAR (II): «¿POR QUÉ LOS “CRISTIANOS” NO SE COMPORTAN COMO CRISTIANOS?»

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La respuesta es dolorosamente obvia. Si alguien no se comporta como un cristiano, no es un cristiano (ver Santiago 1:22-25). Desafortunadamente, la iglesia está llena de personas así. Pero, ¿por qué? ¿Por qué hay tantos falsos convertidos? Porque ellos han respondido a un evangelio incompleto o a uno falso.


A muchos se les ha dicho que tienen un vacío en su corazón que sólo Jesús puede llenar, y que si tan sólo le pidieran a Jesús que entre en su corazón, Él los hará sentir llenos y completos. Este es un concepto del evangelismo moderno que recurre a las “necesidades personales”. Determina cuál es la necesidad personal de una persona, y entonces, presenta a Jesús como la respuesta a dicha necesidad. ¿Estás divorciado? Jesús te hará sentir completo. ¿Tus padres no te amaron lo suficiente? Dios quiere amarte y será tu Padre. ¿No te satisface tu dinero? Jesús sí lo hará.

Ahora, ¿hará Dios todas esas cosas? Por supuesto. Sin embargo, y esto es crucial, si una persona acepta a Jesús en su corazón sólo para sentirse completa, es un motivo equivocado y es poco probable que esa persona sea realmente salva. El vacío en el corazón de todos no es la tristeza ni la falta de realización, es la falta de justicia.

Esto es muy importante. Jesús no vino a esta tierra para entregar su vida de una manera cruel sólo para que nosotros pudiéramos estar felices. Él vino para hacernos justos. Y todos tiene que venir a Él por la misma razón—para ser hechos justos (para la justificación). Si le pedimos a Él que entre en nuestro corazón para hacernos felices, Él no entrará y nosotros no recibiremos la mera cosa que buscamos. En vez de esto, si venimos a Él humildemente (¿recuerdas nuestro principio?) buscando misericordia, Él entonces nos la dará… y además llenará ese vacío en nuestros corazones. Pero primero lo primero: Nuestra motivación para pedirle que nos salve debería ser la misericordia y no la felicidad.

¿Nos da Jesús amor, gozo, paz, paciencia, bondad, templanza, fe y dominio propio? Sí, pero sólo después de que nos hemos arrepentido y hemos puesto nuestra fe en Él. Dios nos da estos asombrosos regalos como los frutos (los resultados) de la salvación, pero no podemos y no debemos usar dichos regalos como una atracción para la salvación. Considera esto, si alguien pasa tiempo contigo sólo para obtener lo que tienes que ofrecerle (dinero, regalos, comida, servicio de lavandería), te sentirás usado, y con razón. Tú quieres que alguien pase tiempo contigo por lo que tú eres, no por lo que podrías darle. Así es con Dios. Si le seguimos sólo porque queremos Sus regalos, no es una fe aceptable. Esto es usar a Dios como nuestro plan de autorrealización.

Piensa en este ejemplo. Un grupo de hombres se rebela contra el Rey y tratan de usurpar su trono. Viven en el bosque y pasan sus días deshonrando al Rey. Sin embargo, un día el Rey decide perdonarles a estos rebeldes, y si no reciben el perdón, serán castigados.
Cuando un rebelde por naturaleza llega delante de Dios y anuncia que él está dispuesto a “aceptarlo a Él” porque quiere que Dios le dé regalos, ¿cómo crees que reacciona Dios?
El Rey manda un enviado al bosque. Cuando sus mensajeros encuentran a los rebeldes, ¿qué deben hacer? ¿Deben decirles a los rebeldes que es mucho más bonito y cómodo vivir en el castillo? ¿Deben decirles a los rebeldes que la comida del Rey es mucho mejor que la comida del bosque?

Si los mensajeros presentan cualquiera de estos dos ofrecimientos, los rebeldes bien podrían regresar al castillo y clamar, “¡Oye, Rey! ¿Dónde está la comida?” ¿Cómo reaccionaría el Rey? ¡Estaría furioso!

Cuando un rebelde por naturaleza llega delante de Dios y anuncia que él está dispuesto a “aceptarlo a Él” porque quiere que Dios le dé regalos, ¿cómo crees que reacciona Dios?

En cambio, los mensajeros del Rey deberían anunciarles a los hacedores de iniquidad: “El Rey debe sentenciarlos a muerte. Han rebelado contra Él. Ustedes han tratado de hacerse reyes. Merecen la muerte. El Rey tiene el derecho, la autoridad y el poder para poner fin a sus vidas. Pero el Rey es rico en misericordia y les ofrece el perdón hoy... si vuelven a Él con humildad, confesando sus errores y prometido su lealtad a Él”.

Así es cómo debemos estar proclamando el Evangelio. Si no lo hacemos de esta manera, sólo vamos a producir más rebeldes que no son arrepentidos ni leales, sino exigentes y desobedientes.


Para un tratamiento exhaustivo de la razón por la cual la Iglesia está llena de falsos convertidos, te recomiendo que leas el libro The Way of the Master por Ray Comfort. También, querrás leer o escuchar dos de los mejores mensajes que hay acerca del evangelismo bíblico: Hell’s Best Kept Secret (también escrito en español bajo el título: Lo que el diablo no quiere que sepas, por Ray Comfort) y True and False Conversions. Puedes conseguir todo este material en el sitio web http://www.livingwaters.com/.

EL USO DE LA LEY

Todos nosotros tenemos que venir al Salvador de la misma manera, en arrepentimiento con un corazón humilde. Todos tenemos que venir a Jesús clamando por misericordia, no por regalos. Es por esto que Jesús usó los Diez Mandamientos con el hombre principal en Lucas 18.

Jesús le dio la Ley, no porque se le olvidó temporalmente cómo una persona llega a salvarse, sino para hacer humilde al hombre y mostrarle su necesidad desesperada de limpieza. Por lo tanto, si nosotros vamos a ser testigos fieles, debemos aprender de Jesús y testificar de la misma manera que Él. En resumen, la manera en que Jesús testificó fue esta:

La Ley para el soberbio y la gracia para el humilde.

Si una persona es verdaderamente humilde—en otras palabras, comprende que ha violado los Diez Mandamientos de Dios y que merece Su ira (el castigo)—entonces, dale la gracia (como Jesús lo hizo con el humilde Nicodemo en Juan 3:16). Pero si la persona es soberbia y orgullosa, y casi siempre la gente lo es, debemos usar la Ley (los Diez Mandamientos) para hacerla humilde. Este es el propósito de la Ley.


"De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe." Gálatas 3:24.

Charles Spurgeon dijo: “Ellos nunca aceptarán la gracia hasta que tiemblen ante una ley justa y perfecta”.


El Salmo 19:7 lo dice claramente: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma”. Pablo dijo: “Yo no conocí el pecado sino por la ley” (Romanos 7:7). Si una persona no comprende la pecaminosidad excesiva de su propio pecado, no comprenderá qué tan asombrosa es la gracia. Si nosotros creemos que sólo tenemos un poquito de pecado, igualmente tendremos un poquito de gracia. Pero cuando comprendamos lo grotescamente pecaminosos que somos—cuando nos demos cuenta de que hemos ofendido a Dios en pensamiento, palabra y hecho—sólo entonces caeremos a Sus pies en adoración porque “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

En vez de manipular a las personas para que vengan a Jesús prometiéndoles que su vida será mejor si sólo dicen una oración, debemos usar la ley como un ayo (un educador, un guía; Gálatas 3:24), para traerlos humildes a la cruz del Calvario donde podrán clamar por misericordia, y donde podrán recibirla por gracia.

Aquí están los cincos pasos (las cinco preguntas) para testificar como Jesús. Apréndelos de memoria y estarás equipado para testificar con confianza y traer a alguien al arrepentimiento de sus pecados y a la fe salvadora en el Señor Jesucristo.

Continúa: Manual para testificar (III): «Cómo empezar un encuentro para testificar»

12/12/10

MANUAL PARA TESTIFICAR (I): «CÓMO TESTIFICAR… COMO JESÚS LO HIZO»

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Si puedes recordar cinco preguntas, puedes guiar con confianza cualquier encuentro para testificar. Así es. Recuerda cinco preguntas principales y estarás en control de toda conversación que tengas acerca de tu fe. Imagina, sabrás exactamente dónde estás en una conversación y sabrás exactamente hacia dónde vas. No tienes que estudiar griego, no tienes que comprender de arqueología, sólo debes recordar cinco preguntas.

Antes de presentar las cinco preguntas, necesitamos estar de acuerdo en cuanto a cómo, cuando y por qué Dios salvará a un hombre o a una mujer. Aquí está una pista: Jesús dijo, “...el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. La pregunta de un millón de dólares es esta: “¿Qué quiere decir esto?”

Para nacer de nuevo, una persona tiene que morir. ¿Implica esto que alguien tiene que suicidarse para llegar a ser un cristiano? No, Jesús estaba hablando de un nuevo nacimiento espiritual. La próxima pregunta de un millón de dólares es esta: “¿Cómo es que uno muere para que Dios pueda hacerlo nacer de nuevo?”

Una persona tiene que morirse a sí misma. John MacArthur lo dice de esta manera:

"Seguir a Cristo no se trata ni de usted ni de mí. Ser un cristiano no tiene que ver con nosotros; no tiene que ver con nuestro autoestima. Se trata de estar harto de nuestro pecado y nuestra desesperación por el perdón. Se trata de ver a Cristo como el Salvador invaluable—el que salva del pecado, de la muerte y del infierno—para que entreguemos todo lo que tenemos que entregar. Aun si nos cuesta nuestras familias, nuestros matrimonios y cualquier otra cosa que apreciamos y poseemos.

Aun puede costarnos nuestras vidas como Jesús dijo en Lucas 9.24.

No puede ser más claro que eso. Si usted trata de aferrarse a sí mismo, a su plan, a su agenda, a su éxito, a su auto-estima o a cualquier pecado, Dios no le dará ni el perdón ni la vida eterna.

Entonces, ¿de veras quiere seguir a Jesús? Le costará absolutamente todo." [Del libro Hard to Believe (Difícil de creer) por John MacArthur; pp. 10-11.]

Si una persona llega al Salvador con cualquier otro motivo salvo un deseo de estar a cuentas con Dios, esta persona no está lista para ser salva. Dios no salvará a nadie que tiene orgullo.

“Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” Santiago 4:6.

Santiago sigue describiendo cómo debe verse la experiencia de la salvación:

“Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.” Santiago 4:9-10.

La última pregunta de un millón de dólares (esto está llegado a ser costoso) es: “¿Cómo testificamos a alguien y así llevarlo al punto donde sus pecados le dan asco y él clama: ‘¡Dios, tenga misericordia de mí, un pobre ser pecador!’?”

Esta debe ser nuestra meta de cada encuentro para testificar. Queremos ayudarle al hombre a entender que él es pecaminoso por naturaleza y que por esto merece la ira de Dios... para que cuando oiga acerca de la cruz, será agradecido por el sacrificio que Jesús hizo por él.

Recuerda, Dios resiste al soberbio pero da gracia al humilde. Así que, ¿cómo podemos ayudarle a alguien a ser humilde delante de Dios? Para esta respuesta importante, vamos a tener que examinar cómo el mismo Maestro, Jesucristo, testificaba a la gente.

Cuando hacemos esto, descubrimos que Jesús dio la Ley a los soberbios y la gracia a los humildes. Puesto que esto es lo que Jesús hacía, esto va a ser nuestro principio guía: La Ley para los soberbios, la gracia para los humildes. Veamos cómo Él hacía esto.

¿CÓMO TESTIFICABA JESÚS?

En Lucas 18:18-23, un hombre principal (un joven rico que gozaba de cierto privilegio en la sociedad de aquel entonces) se acercó a Jesús y le dijo, “Maestro Bueno”. Detengámonos aquí mismo.

Jesús respondió, “¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios”. ¿Y eso qué quiere decir? ¿Alguna vez te lo has preguntado?

Jesús estaba corrigiendo a este joven rico en su definición de “bueno”. Proverbios 20:6 dice: “Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?” Habiendo entrevistado a miles de personas, hemos aprendido que la mayoría de la gente cree que es bastante buena… “comparados con fulano de tal”. Es por esto que Jesús quería corregir al joven en cuanto a su entendimiento de “bueno”.

En vez de compararte con un caudillo terrible (o aun con un vecino cochino), compárate con Dios. La pregunta no es cómo te comparas a Sadam Hussein, sino ¿cómo eres comparado con Dios?

Entonces, ¿cómo te comparas a ti mismo con Dios? Compárate con la representación perfecta del carácter de Dios, los Diez Mandamientos. Veamos a Jesús hacerlo.

Ahora, el hombre principal le hace a Jesús la pregunta que a la mayoría de nosotros nos gustaría escuchar: “¿Qué haré para heredar la vida eterna?” ¡Bingo! Jesús tenía un pez deseoso de saltar directamente al bote. No hay mucho por qué preocuparnos aquí, ¿verdad? Tú y yo probablemente le habríamos dicho al joven rico, “Rápido, di una oración conmigo antes de que cambies de opinión. Pídele a Jesús que entre en tu corazón”.

Mira lo que Jesús dice en vez de eso. ¡Jesús le dijo que debería obedecer a los mandamientos! ¿Qué? ¿Estaba Jesús pasándola mal aquel día? Si hay alguien que sabe que es imposible guardar los mandamientos, es Jesús. Jesús vino a salvar al mundo porque nosotros no podemos guardar los mandamientos (ver Romanos 3:23). Entonces, ¿por qué Jesús le dio esa respuesta aparentemente equivocada? Continuemos con la historia.

El hombre principal respondió a Jesús, “Todo esto lo he guardado desde mi juventud.”. ¡Imagínate! Ese chico realmente creía que había cumplido con los mandamientos. ¿Sabes lo que reveló esto? Estás en lo cierto: la soberbia y el orgullo. (¿Recuerdas nuestro principio guía?) Entonces, Jesús cavó un poco más profundo. Jesús trató de revelar su orgullo usando la esencia de los primeros dos mandamientos. Cuando Jesús le mandó que vendiera todo lo que tenía para dárselo a los pobres, fue entonces cuando el hombre principal se quedó al descubierto. El hombre era culpable de amar al dinero más que a Dios. Sabemos esto porque la Biblia dice que “él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico”.

Jesús reveló que este hombre principal estaba lleno de orgullo y no era humilde. Si Jesús simplemente le hubiera dicho al hombre que dijera una oración, Él habría producido un falso convertido. El rico habría mantenido a su dinero como su dios y sus amigos cristianos constantemente habrían susurrado: “¿Por qué no se comportará más como un cristiano?”

¿Alguna vez te has hecho esta pregunta? ¿Te has preguntado por qué tantas personas en nuestras iglesias no se comportan como cristianos? ¿Por qué no leen su Biblia? ¿Por qué no sirven como voluntarios? ¿Por qué no ofrendan?

Continúa: Manual para testificar (II): «¿Por qué los “cristianos” no se comportan como cristianos?»

5/12/10

LA PESCA MILAGROSA



Lucas 5:1-11

¿Te gustaría ser pescador de hombres?

Cristo lo fue. Desde su nacimiento hasta su muerte, la persona de nuestro Señor Jesucristo ha atraído multitud de gente que escucha su palabra, para salvación personal.

Tenemos que reconocer entonces que en nuestros tiempos también se necesita una pesca milagrosa, porque la gente de hoy en día no quiere convertirse, no quiere salvarse, y no quiere dejar su estilo de vida acomodándose a sus pasiones y deseos carnales que batallan contra el alma. Aun cuando hemos echado las redes muchas veces en el mismo lugar, de diferentes formas, y hasta haciendo nuestros mejores esfuerzos, sin obtener grandes resultados.

Necesitamos que Dios siga haciendo milagros trayendo los peces a la red, así como lo hizo con nosotros cuando fuimos salvos. Porque el haber llegado la salvación a nuestras vidas, es verdaderamente un hermoso milagro de parte de Dios.

Es Dios quien traerá las almas a Cristo, no nosotros, el mérito no es nuestro, solo somos instrumentos en las manos de Dios.

Juan 17:6-7 dice: "He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti."

Entonces es Dios quién trae las almas a los pies de Cristo.

El pueblo cristiano solo tiene que cumplir con la gran encomienda de ir y predicar el evangelio, con la certeza de que sirviendo como instrumentos de Dios, esos peces que aun se encuentran en el mar, vendrán a las redes para ser salvos.

PARA GANAR ALMAS:

I.- IR HASTA ELLAS.

Cristo le dice: "Boga mar adentro" (vers. 4).

Aun cuando pescaron toda la noche y no pescaron nada, recibieron la orden de ir mas allá.

Quizás nosotros también ya hemos tirado la red muchísimas veces y no conseguimos pescar almas, pero Cristo dice: “Vayan mas allá” ese “mar adentro” significa; Ir más allá de las orillas, Ir más allá del mismo pueblo, significa Ir mucho más allá de lo que pensamos que son nuestros alcances, y significa también que tenemos que ir directamente a las personas y presentarles el plan de salvación.

Basta ya de buscar pretextos para evitar ir a predicar la palabra de Dios, y de buscar múltiples maneras que suplan nuestra obligación como cristianos, como promover propaganda impresa y discursos televisivos que muchas de las veces lo único que logran es confundir a la gente para poder hacer un buen reflexionamiento sobre su condición de pecadores y su gran necesidad de un Salvador que es Cristo el Señor.

Tenemos que hacerlo de manera personal, y al ir, debemos hacerlo con un objetivo bien definido, con un corazón dispuesto, y con todo el amor que Cristo nos enseña por las almas perdidas, dispuestos a todo, porque la meta por la cual nos metemos mar adentro, es la de ganar almas.

¿Cuál es la meta que se ha formado usted que ya es salvo, que ya ha sido limpiado, que ya ha sido redimido con la sangre preciosa de Cristo? ¿Es usted uno más del montón de cristianos que dan más prioridad a sus asuntos particulares o seculares, dejando de lado su principal encomienda que es la de ir por todo lugar compartiendo y sembrando la preciosa semilla? ¿Tan pronto nos olvidamos del gran entusiasmo que una vez mostramos cuando por primera vez experimentamos la luz de salvación en nuestras vidas?

No debemos conformarnos con la asistencia a la iglesia que a veces cumplimos como mero compromiso solo porque ya somos cristianos y la gente puede murmurar porque no nos congregamos.

¿O es usted de aquellos que quieren pasar desapercibidos porque el círculo de amistades sociales con los que se relaciona ignoran que es cristiano y que se congrega en un templo para adorar el nombre de Dios, y de ninguna manera se atreve a caminar por las calles evangelizando personas, repartiendo literatura bíblica, porque tiene temor a quedar en ridículo o vergüenza y exponiéndose a quedar sin amistades solo por ser creyente?

Si alguna de estas suposiciones se acomoda a su estilo de vida hoy en día, aun siendo cristiano, solo recuerde que delante de Dios no habra excusa válida para rendir cuentas en aquel día, y que irremediablemente estaremos ante el Tribunal de Cristo, siendo juzgados por nuestras obras como hijos de Dios. Porque su palabra dice que recibiremos recompensa por lo que hayamos hecho en esta tierra, sea bueno, o sea malo. Pero sobre todo no olvidemos, que mientras estamos en este cuerpo y en esta tierra, lo que sembremos, eso también segaremos.

La actitud del creyente puede adoptar muchas formas, de acuerdo a los contextos en los que vive, y cuando no se adquiere una madurez espiritual firme, es muy fácil caer en errores y prácticas que solo agradan a Satanás y que nos alejan más de Dios porque nuestras prioridades están centradas en las cosas de este mundo.

Un cristiano genuino y agradecido con Dios por la salvación de su alma, lo debe llevar a fijarse objetivos claros y precisos de querer compartir el evangelio con aquellas personas que no conocen aun de Cristo, fijarse la meta que Cristo se fijó cuando quiso dejar su gloria y su reino por amor a nosotros.

II.- QUITAR LA INCREDULIDAD

Verso 5: "Respondiendo Simón le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado."

¿Podemos llevar la cuenta de los miles de pretextos que ponemos a diario para ir en busca de las almas porque estamos siendo presas de la incredulidad? ¿Podremos ennumerarlos?

• “Ya hemos ido allá muchas veces.
• “ A esa persona siempre le estamos hablando del evangelio”.
• “ La iglesia siempre está haciendo Campañas Evangelísticas y no hay resultados”.
• Qué caso tiene hablarles si son personas que nunca entienden?

En la vida del cristiano jamás debe haber lugar para la incredulidad, porque conocemos la promesa de Dios que su palabra no volverá vacía, y si bien pueden pasar días, meses, quizás años, la semilla germinará. Por lo tanto con esa seguridad debemos cumplir con nuestro deber, creyendo que es Dios quién va a traer las almas para ser salvas. El trabajo del cristiano solo es ir, y tirar la red.

Es tiempo de hacer a un lado el desánimo, el desinterés, y mostrar el amor de Cristo en nuestros corazones hacia el prójimo. No antepongamos jucios sobre posibles resultados que no nos corresponden porque quién hace el trabajo final en el corazón de las personas es el Espíritu Santo.

La incredulidad es pecado y nunca será buena compañera, nos hace estériles y sin fruto.

III.- RECAPACITAR Y ECHAR LAS REDES EN EL NOMBRE DE JESÚS.

¿Dónde está la clave? En la oración.

Cuando el cristiano sale al campo de batalla, ya debe ir preparado anticipadamente, para tirar las redes al mar. Debe antes orar, ayunar y leer la escritura como previa actividad antes de ir a pescar almas, con la disposición total sabiendo que va con toda autoridad de parte de Dios, y aun el mismo diablo la respeta porque no vamos en nombre de ningún método, sino en el nombre de Jesús.

Muchas iglesias están vacias, ¿Por qué?, La respuesta es simple. Porque no hay quien vaya mar adentro, porque no hay obreros que estén dispuestos a ir a predicar corriendo riesgos, pasando por pruebas, tribulaciones, por el nombre de Cristo.

Es mucho más fácil seguir en las ocupaciones materiales que en las espirituales, y por ello nos vemos impedidos para buscar más y más de Dios.

Es tiempo de reflexión:

Dados los tiempos que vivimos, resulta conveniente preocuparnos más por los afanes seculares que por el principal propósito con que Cristo nos salvó? ¿Habrá en realidad una excusa válida como para no ir en busca de las almas perdidas?

No la hay, pero contrariamente si hay castigo o consecuencias para quién no lo hace. Reconsideremos y evaluemos nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios. Y si hay algo que impide una buena comunión para con el Padre, ajustemos cuentas y boguemos mar adentro, tiremos esas redes que aun hay muchos peces que están a merced del enemigo y a punto de perder su alma y su vida en el infierno.

"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." (Mateo 28:19-20).

Que Dios nuestro Señor nos dé de su gracia para tener voluntad de ir y predicar el evangelio a toda criatura…

Dios les bendiga.

28/11/10

TRES TEMORES EN EL EVANGELISMO




Leí en cierta parte la estadística de que la mayoría de los cristianos mueren sin haber compartido su testimonio personal con ni siquiera una sola persona. No estoy seguro de qué tan preciso sea el dato, quizás el número es más, quizás es menos, lo cierto es que refleja una realidad, y es que los discípulos de Cristo en este tiempo hemos dejado de ser agentes activos de su causa para asumir un rol reflexivo: nuestra principal preocupación no está en el alcance, sino en el crecimiento; un gran malentendido en cuanto a la madurez espiritual. No quiero quedarme solamente en la descripción del problema, por lo que con cada una de los tres temores al momento de compartir nuestro testimonio que compartiré, ofrezco también un intento de solución.

Hasta hace poco tiempo también yo me escondía para no asumir un papel más agresivo en la proclamación del evangelio, utilizaba la excusa del ejemplo, que a grandes rasgos es la siguiente: yo no ando exprimiéndole a las personas mi fe en los ojos como un limón, como el del megáfono, que se para en la cabeza del puente a predicar, o la señora violenta que distribuye tratados en el autobús mirando mal a los pasajeros. Yo vivo delante de ellos dando ejemplo con mi vida y espero que ellos, cuando Dios los toque, me pregunten. La realidad es que mi vida ni es tan buena como para dar ejemplo ni fueron muchas las personas que vinieron a mí en busca de Cristo últimamente. Y por otro lado, si la razón es el megáfono o el tratado, hay formas más prudentes y respetuosas de compartir nuestro testimonio con los no creyentes. Por ejemplo: invitándolos a la iglesia o compartiendo con ellos, en el momento apropiado, la forma en que llegamos a Cristo, que es nuestro testimonio personal.

He encontrado tres razones principales por las cuales la estadística que mencioné se hace real en nuestras iglesias, les llamo los tres temores: temor al rechazo, temor al fracaso y temor al compromiso.

Razón #1:

Temor al rechazo. Uno de los bienes más preciados de una persona es su reputación. El proyecto de vida del hombre natural es construirla: llegar a ser admirado, llegar a ser respetado, llegar a ser estimado, llegar a ser incluido. Como valoramos tanto lo que hemos logrado llegar a ser, no queremos ponerlo en riesgo. Por eso, evitamos exponernos al rechazo de la gente compartiendo nuestro testimonio.

Solución: Estima tu reputación por pérdida. Lo que le permitió a Pablo compartir su testimonio personal con tantas personas, en tantos entornos y contextos distintos, es que después de conocer a Cristo tuvo en poco todo lo que antes había construido. Su linaje, su trayectoria y su prestigio, ante el incomparable valor del conocimiento de Cristo, los consideraba estiércol. Para Pablo, después de conocer a Cristo, su reputación y todo aquello que los incrédulos pudieran pensar sobre él, llegó a ser nada. Eso era para Pablo su reputación. Quizás por eso predicaba con tanto denuedo.

Razón #2

Temor a fracasar. Luego del temor a ser rechazados, el siguiente temor más común que encuentro en mis hermanos cuanto tienen que compartir su testimonio con los incrédulos es el temor a fracasar en el intento. Ya que nos han vendido el evangelismo como un pleito o una guerra en la cual el objetivo es ganar a toda costa, aunque sea manipulando o utilizando la fuerza, si el enemigo de turno no se convierte —haciendo la oración del pecador— entonces nos sentimos fracasados y frustrados.

Solución: piénsate como un testigo y actúa como tal. En un juzgado está el abogado, cuya función es acusar o defender a la persona en cuestión. Pero para lograr su objetivo, el abogado se auxilia de testigos que presenta en el estrado con un sólo objetivo: que expresar aquello que vieron, oyeron o vivieron. Un testigo no tiene que elaborar complicados argumentos o estrategias para ganar el caso, pues esa es precisamente la función del abogado, su única aportación es decir públicamente su testimonio. Así como algunos casos que no se resuelven en un día, y para otros se requiere más de un testigo, no debemos sentirnos fracasados cuando nuestros amigos tengan en poco nuestro testimonio o no sean convencidos de pecado, pues esa no es nuestra responsabilidad, sino la del Espíritu Santo. Nuestra labor no es ganar el caso, sino sólo aportar nuestro testimonio. La única manera en que un testigo fracasa es quedándose callado.

Razón #3

Temor al compromiso. Ya venciste el temor al rechazo al estimar por pérdida —usen aquí el término que les recomendé arriba— lo que para ti era ganancia, luego venciste el temor al fracaso comprendiendo que tu labor no es ganar el caso, sino sólo proclamar públicamente lo que viste, oíste o viviste; ahora, el último paso es madurar, dejar de pensar en ti y aceptar el compromiso de atender a otros. Esta es una de las razones más poderosas para no invitar un amigo a la iglesia: si el amigo es alcanzado por Dios y añadido a su familia, habremos parido un hijo espiritual: requerirá nuestras atenciones, nos hará muchas preguntas y nos tendrá a nosotros como su principal ejemplo.

Solución: Quiero concatenar este punto, a modo de conclusión, con la introducción de arriba, el malentendido sobre la madurez que mencioné. Madurar no es haber vivido mucho ni haber alcanzado mucho conocimiento, sino llegar a tener responsabilidad por otros. Un hombre maduro es aquel que cuando camina lo hacen con cuidado, pues sus hijos siguen sus pasos, aquel que al comer se quita el pan de la boca para alimentar a los suyos, aquel que cambia su ruta y su agenda acostumbrada para dejar y recoger a sus pequeños en el colegio.Un Cristiano maduro es aquel que está en condiciones de reproducirse, que comparte su testimonio con sus amigos, sus vecinos, sus compañeros de trabajo y sus familiares pues no tiene temor alguno a que ellos sigan su ejemplo, busquen en él alimentos o los recoja en sus casas para llevarlos a la iglesia. Me entristece pensar que puede ser verdad, pero quizás una de las razones por las que los cristianos no invitan más sus amigos a la iglesia es porque no quieren transportarlos.

21/11/10

PORQUE EL EVANGELISMO A LOS NIÑOS ES IMPORTANTE

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A mayor edad de la persona, mayor es su resistencia al evangelio, y resulta más difícil alcanzarlos para Cristo. El rechazo continuo hace que el corazón se endurezca más (Hebreos 4:7; 2 Corintios 6:1–2). Por lo tanto la niñez y la juventud son los mejores años para la salvación, y en consecuencia los campos más fructíferos de evangelización.


Carlos H. Spurgeon, el predicador inglés más grande ganador de almas del siglo pasado, cuando apenas tenía cuatro años se sentaba en el escritorio de su abuelo y leía profundos libros de teología bíblica.

Su abuelo amaba al Señor Jesús y cuidaba a su nieto, quien absorbía toda la sabiduría del anciano. Carlos recibió a Jesús como Salvador cuando tenía catorce años; a los dieciséis ya predicaba el evangelio.¡Era un adolescente! En realidad, casi un niño todavía. A los diecinueve años pastoreaba una iglesia en Londres, y a los veintidós, su congregación llegaba a 5.000 cada domingo. Todo comenzó en su niñez.

Dwight L. Moody, el más grande evangelista norteamericano del siglo XIX, dijo; “Ganar a un adulto para Cristo es ganar tan sólo media vida; ganar a un niño es salvar una vida entera”. Moody demostró que él creía en ese axioma pues semana tras semana, poco después de haber recibido a Cristo como Salvador, atraía a 3.000 niños de un barrio pobre de Chicago para enseñarles acerca del Buen Pastor. Moody amaba a la niñez y buscó ganar a los niños para Jesús. Creo que por eso Moody también amó a los adultos y supo evangelizarlos.

Los adultos, e incluso los adolescentes de hoy, por lo general están muy cerrados al evangelio. Los niños, y sobre todo los más pequeños, son muy distintos. Son abiertos y demuestran interés así que no deberíamos sorprendernos cuando sucede algo así. La porción de la comunidad más receptiva al evangelio son los niños. Muchos de ellos desean venir, desean escuchar las buenas nuevas, y con frecuencia entre ellos hay quienes verdaderamente desean confiar en el Señor Jesucristo.

En Marcos 10:15 el Señor Jesús dice: «Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él».

En Mateo 18:3 el Señor Jesús dice: «Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos».

Antes que un adulto pueda ser salvo, debe volverse como un niño. Debe ser sencillo, humilde, confiado y dependiente. No se requiere que el niño se torne como un adulto; más bien el adulto tiene que volverse como un niño. Para el adulto esto es difícil. Para el niño no lo es. Él ya es un niño. Es por naturaleza sencillo, humilde, confiado y dependiente. Aunque esté tan espiritualmente muerto como un adulto, seguramente está un paso más cerca del reino que este. Además, como es menor, ha vivido menos años en el pecado, y su corazón está más abierto y tierno. Dios puede usar todas estas cualidades naturales para guiar al niño hacia un conocimiento que le dé salvación en Jesucristo sin que tenga que pasar por las experiencias a veces traumáticas de un adulto que tiene que «volverse como niño».

Muchos de los que trabajan con niños, y también los que trabajan con adultos, han comprobado la relativa apertura de los menores a la enseñanza del evangelio. Pareciera que el adulto de hoy, e incluso el adolescente de hoy, se torna cada vez más duro, y más resistente al evangelio y las demandas de Cristo.Lamentablemente no todos los evangélicos aprecian la apertura de los niños y las maravillosas recompensas por alcanzarlos con el evangelio mientras son aún niños.

Ahora es el momento de alcanzarlos y enseñarles, cuando aún están receptivos y dispuestos a escuchar. Ahora es el momento de alcanzar a la generación venidera, antes que se torne tan desobediente y pecaminosa como la actual. Sin embargo, debemos reconocer que los niños no sólo están abiertos al evangelio. Su misma naturaleza implica que están abiertos a todo lo que les pueda influenciar y afectar. Están abiertos a todo mensaje y a todo pecado.

Los padres cristianos que tienen sus hijos aún niños o adolescentes deben preocuparse por ganarlos para Cristo, porque si no tienen el cuidado que se debe, corren el peligro que crezcan en el error, sólo por no instruirlos a tiempo y como es debido de acuerdo a los principios bíblicos y mayor daño están haciendo a sus hijos aquellos padres que estan condenándoles al mismo infierno sólo por que ellos se niegan a buscar a Dios y por lo tanto no pueden ni saben instruir a sus hijos en el buen camino.

Padre, madre, hermano (a) en Cristo: ¿Estaría usted dispuesto (a) a evangelizar a los niños instruyendolos  en el buen camino, a fin de que cuando sean grandes no se aparten de él? ¿o pasar por alto el mandato de Cristo y dejarlos a merced de Satanás, para que distorsione y enajene su mente con ideas erróneas y contaminantes que solo le destruirán?

La decisión es suya... ganar a los niños o a sus hijos para Cristo o entregarlos a Satanás para el infierno.

14/11/10

EL HIJO PRÓDIGO

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No hay frases o términos para describir la persona del Señor Jesucristo:

Dios le dio un nombre que es sobre todo nombre para que toda rodilla se doble delante de él.

Aun desde niño atrajo multitudes de gente, que se maravillaba y se sorprendía ante la sabiduría que mostraba.

Y no dejemos de mencionar que aun cuando murió, la persona de Jesucristo atrajo multitudes de toda lengua y nación, y de todas las edades.

Los fariseos se sorprendían y admiraban de su doctrina, pero murmuraban acerca de sus acciones y del amor que mostraba hacia los perdidos.

Es por ello que hasta ahora, para mucha gente resulta inexplicable e incomprensible por la grandeza de su amor y misericordia y al igual que los fariseos y escribas también se murmuran de los cristianos y del mismo Cristo y Dios.

En base a estas murmuraciones Cristo les narró estas tres parábolas:

1.- La parábola de la oveja perdida: Lucas 15:4-7:

"¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si perdiere una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va á la que se perdió, hasta que la halle? Y hallada, la pone sobre sus hombros gozoso; Y viniendo á casa, junta á los amigos y á los vecinos, diciéndoles: Dadme el parabién, porque he hallado mi oveja que se había perdido. Os digo, que así habrá más gozo en el cielo de un pecador que se arrepiente, que de noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento."

Esta parábola habla de la torpeza del hombre para comprender las cosas y la realidad de las cosas. La mente del hombre es finita y por eso no alcanza a entender y discernir la grandeza de Dios y su acción redentora. Los fariseos pensaban que por su condición santa Cristo solo debía acercarse a ellos y compartir solo con ellos. Aprendemos también de lo torpe que es la gente para ir en busca del Pastor de las ovejas. El pastor tuvo que venir en la Persona de Jesucristo, a buscarlas. El mundo prefiere adoptar y adaptarse a los modismos que surgen sin detenerse a reflexionar si lo que hacen va de acuerdo a Dios, aunque mencionan conocerle. Se dicen hijos de Dios solo porque siguen una religión adoptada e implantada por hombres, porque se menciona a Dios, y porque a través de esa religiosidad viven la vida que satisface su carnalidad, y les es agradable a sus pasiones y deseos.

2.- La parábola de la moneda perdida: Lucas 15:8-10:

"¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si perdiere una dracma, no enciende el candil, y barre la casa, y busca con diligencia hasta hallarla? Y cuando la hubiere hallado, junta las amigas y las vecinas, diciendo: Dadme el parabién, porque he hallado la dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente."

Esta parábola explica la condición inconsciente del pecador acerca de su condición perdida y expuesta al infierno lejos de Cristo. Una moneda es solo un objeto que por su naturaleza, obviamente no puede saber si está perdida o no, pero sus dueños si lo saben) y cuando esto sucede y la pierden, se dan a la tarea de buscarla hasta encontrarla.

El hombre sin Cristo, es incapaz de comprender su condición de pecador, es incapaz de entender que tiene la misma condición de la moneda que se ha perdido, y por tanta confusión de que es objeto por causa de las muchas mentiras que se divulgan o propagan con respecto a la salvación; piensa que a través de diferentes prácticas religiosas puede llegar a ser salvo. Sin alcanzar a entender por sí mismo que el único camino, la única verdad y la única vida es Jesucristo.

3.- La parábola del hijo pródigo: Lucas 15:11-24:

"Y dijo: Un hombre tenía dos hijos; Y el menor de ellos dijo á su padre: Padre, dame la parte de la hacienda que me pertenece: y les repartió la hacienda. Y no muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, partió lejos á una provincia apartada; y allí desperdició su hacienda viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una grande hambre en aquella provincia, y comenzóle á faltar. Y fué y se llegó á uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió á su hacienda para que apacentase los puercos. Y deseaba henchir su vientre de las algarrobas que comían los puercos; mas nadie se las daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!Me levantaré, é iré á mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como á uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino á su padre. Y como aun estuviese lejos, viólo su padre, y fué movido á misericordia, y corrió, y echóse sobre su cuello, y besóle. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo, y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Mas el padre dijo á sus siervos: Sacad el principal vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y zapatos en sus pies. Y traed el becerro grueso, y matadlo, y comamos, y hagamos fiesta: Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; habíase perdido, y es hallado. Y comenzaron á regocijarse."

Esta parábola nos habla del inmenso amor de Dios que recibe, del enorme amor de Dios por la humanidad, por esa creación que él hizo con el único propósito que le diera la honra y la gloria que solo él merece. Y dada la caída del hombre a través de Adán y Eva, Dios por medio de Jesucristo, dejando su gloria se humilló hasta la muerte y muerte de cruz, por amor a nosotros.

De esta manera, Dios recibe al pecador no importa cuán crítica sea su condición, o qué tan pecaminosa sea o haya sido su vida, Dios muestra su amor de tal manera, que todo aquel que le invoca de manera sincera y arrepentida obtiene su salvación de forma instantánea.

Podemos entender entonces, porque fue necesario que Cristo refiriera estas parábolas, para que los escribas, y ahora el mundo, inclusive nosotros los cristianos; podamos entender el gran amor de Dios.

Lo que representa el hijo pródigo:

Representa al hombre que teniéndolo todo, que teniendo la oportunidad de tenerlo todo; un día toma una mala decisión. Elige irse lejos de su padre, vivir una vida desenfrenada y malgastarla juntamente con todos sus bienes y en toda clase de malas compañías. Y sin duda alguna con la firme idea de no regresar jamás a casa, porque exigió su parte de la herencia. Cambió la protección segura de un padre benigno, para ir a caer bajo el yugo de un ser despiadado y cruel. Porque mientras que en casa, al lado de su padre, solo podía encontrar amor y bienestar; a merced del enemigo, solo iba a encontrar ruina, destrucción y muerte, porque Cristo vino para dar vida, y vida en abundancia, mientras que Satanás ha venido para hurtar, matar y destruir, y el hombre sin Dios, cada vez más se hunde en el dolor y la miseria conforme avanza en sus pasos, alejándose de él.

Cuántas personas hoy en día les encontramos sufriendo y lamentando las consecuencias de aquella mala decisión que un día tomaron, y aun así, siguen rebelándose en contra de Dios sin querer humillarse y buscarle.

El razonamiento: 

Hasta que el hijo pródigo, “volviendo en sí”, reflexionando, recapacitando sobre su mal proceder, en su mente floreció la cordura, y pensando en toda aquella abundancia y bienestar que tenía al lado de su padre, en donde comparaba su situación al lado de aquellos jornaleros al servicio de su padre que tenían la mejor comida, cuando él ni siquiera podía comer del alimento para los cerdos.

El arrepentimiento:

Viene entonces el arrepentimiento y con él la decisión de reconocer aquella triste vida lejos del amor de su padre, de la gran necesidad que tenía de volverse a aquel que le había dado la vida y pedir perdón y con toda humildad y sinceridad desde el fondo de su corazón, se echa en sus brazos y experimenta la gran misericordia del padre quien le recibe lleno de amor, porque aquel orgullo que caracterizaba al hijo ha desaparecido. Entonces el padre lleno de amor le da el mejor recibimiento digno del hijo amado.

El hermano del hijo pródigo representa al fariseo, a un corazón lleno de amargura y recelo, incapaz de experimentar el amor de Dios en su vida. (Lucas 15: 25-32). A veces nos comportamos como el hijo mayor, tenemos envidia de nuestros hermanos en la fe que son bendecidos por Dios, de personas qe pensamos que les va mucho mejor que a nosotros. Y olvidamos que Dios sabe de que cosas tenemos necesidad y cuando nos las da, así como el padre sabía que era el momento indicado de festejar la llegada del hijo perdido.

Dios está esperando al hombre pecador, no importa cuál sea su condición ni qué tan mala sea su vida de pecado, porque él está con los brazos abiertos cada día presto a recibir a aquellos que con un corazón sincero y arrepentido, deciden poner su vida en manos del autor de la salvación.

REFLEXIÓN:

¿Hemos de tomar la actitud de los fariseos, pensando que porque ya somos salvos, no tenemos porque mezclarnos entre “la gente pecadora”, y que tampoco tenemos la obligación de compartir nada con nadie, pensar que debemos mantenernos alejados porque existe el peligro de contaminarnos?

Es tiempo de salvación, no estamos para juzgar a nadie, ni para condenar a nadie, porque alguna vez también estuvimos en la misma condición que el hijo pródigo, y nuestra obligación ahora es ir, y hacer entender a quienes no tienen la bendición de conocer a Cristo, que su vida está en un grave peligro.

Estimado (a) lector (a), no importa cuanta riqueza tengas, ni cuantos títulos de nobleza se ostenten, delante de Dios, no tiene validez porque sin Cristo como Salvador el fin es el infierno de manera irremediable, y no hay otra forma de llegar al cielo sino solo Cristo. Dios les bendiga…

7/11/10

¿DECISIONISMO O EVANGELISMO BÍBLICO?




Por: Pr. Martín Zacarías

Definición

Denominamos así a la práctica que tiene como propósito que las personas que escuchan el “evangelio” tomen una decisión para “salvación” por medio de una oración de “confesión sincera”, reconociendo o aceptando algunas verdades de las Escrituras superficialmente.

El decisionismo es contrario al evangelismo bíblico, es la obra del hombre para alcanzar indebidamente al perdido. No descansa en el poder del Evangelio sino en las estrategias y artimañas que el hombre ha añadido al mensaje del Evangelio verdadero, con el fin de que el incrédulo haga una oración y deposite en ello toda su confianza para salvación y no en la obra redentora de Jesús en la cruz. Aunque esto lo negarán a gritos quienes lo practican y lo hemos practicado, es la verdad porque lo siguen haciendo. Voy a demostrar esto más adelante.

A mi entender esta práctica ha llevado a muchos a una falsa fe, a depositar su confianza en una práctica anti bíblica, y por lo tanto a crear una raza de falsos creyentes, que han encontrado un lugar donde pueden disimular su vida pecaminosa llevando una Biblia bajo el brazo, llamándose "cristianos".

Su Intención

Los que practican esta forma de evangelismo, (yo lo he hecho) dicen que lo hacen con buena intención, pero no por eso son justificados. Es cierto que no podemos juzgar las intenciones, hay uno solo que lo hace, Dios, y él nos ha dado su Palabra, la espada del Espíritu para que por medio de ella podamos “discernir los pensamientos y las intenciones del corazón”.

Usemos entonces las Escrituras para discernir las intenciones del corazón de todos los que hemos practicado y siguen practicando el facilismo en la predicación del Evangelio. Hay un hecho del Antiguo Testamento que poderosamente me llama la atención en cuanto a este asunto, es el de un hombre llamado Uza que tocó el arca cuando David la traía a Jerusalén, y murió al hacerlo. ¿Tuvo buena intención este hombre? Muchos afirman que sí, pero si discernimos a la luz de la Biblia, este hombre pecó, por eso murió. Dios no lo mató por su buena intención, lo mató porque transgredió la Palabra de Dios intencionalmente. El sabía que no tenía que tocar el arca de Dios, eso solo le estaba permitido a una familia dentro de los levitas. Sabiendo esto o no, cayó muerto, sino lo sabía ahora lo sabe y es muy tarde para arrepentirse de su presunción.

Tomemos esto para nuestra enseñanza, porque para esto se escribió ¿Es buena nuestra intención cuando estamos "engendrando" hijos para Dios por medio de una decisión? Porque esto es en el fondo lo que el decisionismo pretende hacer, llenamos tarjetas de “decisiones”, todas las que podamos, no lo podernos negar. Pero no importa en absoluto cuan buena es nuestra intención si con ella transgredimos la Palabra de Dios. El mundo está lleno de personas que dicen tener “buenas intenciones”. Los que están propugnando por un mundo lleno de valores, ¿no creen que tienen buenas intenciones? Claro, dirán, -no robes, se honesto, ayuda a los demás, cuida el medio ambiente- parece que viene de un buen corazón, pero el hombre al no conformarse a la justicia y voluntad de Dios lo hace todo para sí, buscando su propio bienestar, su intención no es agradar a Dios ni buscar su gloria, es por eso que todo lo que hace está viciado. El Señor declara en Isaías “vuestras justicias son como trapo de inmundicia”, entonces nos preguntamos, ¿por qué será que lo mejor del hombre es suciedad ante Dios? Porque no se conforman a su voluntad y “todo aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es pecado”. Así que no importan nuestras buenas decisiones si no se conforman a la verdad de Dios, son inmundicia delante de Él.

Yo creo que hay muchas personas engañadas con "buenas intenciones", y si están engañadas sus intenciones son incorrectas, son pecado. Y si dicen -eso es lo que me han enseñado, siempre lo hemos hecho así-, no hay excusas delante de Dios, si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán. El que sigue a una persona equivocada, también está equivocada y acabarán en el mismo lugar. “…caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una” (Isaías 31:3).

Sus Métodos y Estrategias

El decisionismo tiene el propósito de que la gran mayoría de personas tome una decisión, y para eso utiliza métodos y estrategias en las cuales descansa. Entendiendo por estrategia, el arte de dirigir un conjunto de disposiciones para alcanzar un objetivo. Estas estrategias son aprendidas y perfeccionadas año a año, y han encontrado un patrón de práctica, que es el mismo en la gran mayoría de los grupos evangélicos, carismáticos, pentecostales, y aún no cristianos como los adventistas y católicos.

Para llevar a la persona a una confesión de labios se utilizan recursos estratégicos de ambiente y pseudo espirituales. El mensaje en algunos casos contiene verdades de las Escrituras, y en otros muchos se apela incorrectamente a los sufrimientos de Cristo para conmover a una persona y hacerla sensible con el fin de que acuda al “llamado”. Lo mismo que se hace en la herética película de Mel Gibson, “La Pasión”, la cual muchas denominaciones cristianas y no cristianas han usado para este propósito. Las personas, se conmueven, lloran y se tornan muy sensibles, no por el poder del Evangelio sino por ver el sufrimiento de una persona que finge ser Jesús Cristo, y que en muchos casos es un actor pervertido al igual que aquellos que lo acompañan en el reparto y producen estas blasfemias, queriendo pervertir el Evangelio de la gloria de Cristo.

Cuando se realizan estas actividades en lugares cerrados, la preparación del ambiente es muy importante para obtener los resultados que se persiguen. Tiene que haber música apropiada, personas para la bienvenida, cómodos lugares, casi siempre por las noches y lo infaltable, personas para la consejería. Todo tiene que estar calculado, hasta el más mínimo detalle. Hay personas encargadas para todo esto, nada debe faltar, porque de eso depende los “frutos” que se obtendrán.

Algunos hermanos de la iglesia que pertenecieron al movimiento G12 de “Agua Viva”, me compartieron cómo hacen para que una persona no olvide “que recibió a Cristo en su corazón” y que ahora es salva; le hacen orar hasta cuatro veces en una misma noche, y si en otro momento vuelven a dudar de su salvación, entonces vuelve a orar todas las veces que sea necesario. No se diferencian en nada de los Bautistas, Hermanos Libres, Metodistas, Presbiterianos, Pentecostales, y aun adventistas y católicos carismáticos. ¿Por qué será que todas estas denominaciones, movimientos y sectas usan las mismas estrategias, cuando no confiesan la misma fe? ¿Por qué están unidos en práctica similar de llevar a las personas a hacer una oración? La respuesta es porque es tan fácil de imitar, no el Evangelio del poder de Dios, sino los estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.

Algunos me han dicho que la diferencia está en el mensaje, yo les pregunto: si la diferencia está en el mensaje ¿por qué no confías en él? ¿Acaso no es el Evangelio poder de Dios para salvación? ¿Son nuestros métodos y estrategias los que engendran hijos para Dios? Justamente esto sucede cuando no se cree que en el Evangelio como poder de Dios para salvación, creemos que uno tiene que ayudar a Dios o que el evangelio no es suficiente para que Dios obre, pensamos que Dios necesita una ayuda de nuestra parte.

Nos hemos preguntado acaso alguna vez, cómo predicaron nuestros antepasados cristianos, por qué los predicadores de antaño no usaron las mismas artimañas y métodos que nosotros, y por qué los que se convertían en su gran mayoría si eran verdaderos cristianos. La razón es que ellos confiaban en el Evangelio, esperaban ver la obra de salvación en la vida de los que escucharon el mensaje de salvación, que punto aparte, era predicado en su esencia y verdaderamente. Esto lo podemos ver cuando leemos los mensajes por ejemplo de Jonathan Edwards, Spurgeon, Whitefield, Hudson Taylor, etc, etc. Nunca usaron de estrategias humanas, ellos confiaban en la gracia soberana y no tenían un Dios que requería del brazo humano para realizar su obra.

Sus propósitos y motivaciones

Lo que persigue toda obra decisionista es un gran número de “convertidos”. Ahora, si eso se lograra verdaderamente por medio de los métodos ya citados, sería formidable, y todos buscaríamos ser los mejores estrategas. Buscaríamos entrenarnos en los mejores lugares, ya que de eso dependería la gran comisión. Algunos lo hemos hecho y en el momento que nos ha tocado estar en el campo, las hemos usado a pie juntillas, para lograr los propósitos que nos han enseñado a buscar. Hay que usarlas, hay que conseguir el propósito, y es así porque creemos que el fin es bueno, y si el fin es bueno entonces los medios están justificados, dicen. La máxima comunista, “el fin justifica los medios” tiene lugar en esta filosofía humana.

Grandes cantidades, números para compartir en los informes misioneros, fotos con los que más puedan entrar, no importando quién esté en ellas, es uno de los motores motivadores de esta práctica. Los alcances evangelísticos en esta filosofía son evaluados por los números de manos levantadas, tarjetas de decisión, personas que asistieron y escucharon o vieron algo.

Si no hay números va a ser casi imposible levantar apoyo o sustento económico, y en el fondo esto es lo que mueve a muchos, aun a los que empezaron bien. Y a la verdad, a quién no le gustan los números, se ven tan lindos los lugares de reunión llenos, realizar actividades con buena concurrencia y al final tener una buena cantidad de tarjetas de “decisiones”. Compartir de esto es fácil cuando los números nos acompañan. ¿Pero será esto lo que el Señor nos mandó hacer, buscar números y escribir cifras que agraden a los que ofrendan para el ministerio, sin importarnos realmente si en verdad son salvos o no? ¿Cuáles son nuestras motivaciones? ¿Qué perseguimos con todo esto? ¿Agradaremos a los hombres antes que a Dios? Como alguien ya lo calificó, el decisionismo es el “becerro de oro” de la obra evangelística, y lo único que vamos a conseguir es el enojo de Dios, si es que ya no lo hemos hecho.

Hay que reconocer que para lograr estos propósitos se hacen grandes esfuerzos, grandes inversiones, grandes sacrificios, pero ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios,… (2 Samuel 15:22). A veces escucho las mismas palabras que Samuel le dijo a Saúl dirigida a los evangelistas decisionistas ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová? (1 Samuel 15:19).

Sus Frutos

“Por sus frutos los conoceréis” dijo el Señor. Una obra es conocida por sus frutos y logros verdaderos más que por sus intenciones, ya que estas solo pueden ser conocidas por el Señor realmente.

Ahora, si juzgamos por el número, esta práctica evangelística tiene millares para contar, pero “si juzgamos con justo juicio y no según las apariencias”, como nos lo pide el Señor, entonces encontraremos una trágica verdad:

Primero, que un gran porcentaje de aquellos que tomaron una decisión no están en los caminos del Señor, esta es una verdad innegable. A donde quiera que veamos hay gente que un día fue llevada, por cualquier razón, a “confesar” con su labios que Cristo es el Señor y que hoy le están negando con sus hechos. Lo trágico de esto es que se creen salvas, porque alguien usando equivocadamente la Biblia les aseguró lo que solamente puede hacer el Espíritu Santo a través de su Palabra y guía. Algunos me han dicho lo siguiente: -nosotros no le decimos a nadie que es salvo- yo les pregunto ¿entonces para qué le haces orar? ¿Por qué llenas una tarjeta de decisión con su nombre? ¿Por qué le enseñas seguridad de salvación, si no estás seguro que pasó de muerte a vida? y ¿Por qué en muchos casos hacemos una recepción de nuevos “convertidos”? ¿Sabes que se convirtió realmente?

Segundo, que aquellas pocas personas que están “siguiendo” al Señor, esforzándose en ello, están confiando para su salvación en algo que ellos hicieron y no en la obra redentora de Cristo en la cruz como sustituto por sus pecados. Este es el corazón herético del decisionismo, quita la mirada del Salvador y la coloca en la “sinceridad de una oración”.

Tercero, que esta práctica antievangélica genera un discipulado basado también en estrategias. Tiene que haber una visita dentro de las cuarenta y ocho horas de la “decisión”, o una llamada telefónica para hacerle recordar lo que hizo, porque se puede enfriar. Luego tiene que haber un seguimiento exhaustivo para no “perder” al que recién se salvó. El discipulado pasa hacer una tarea permanente y agresiva. En lo que ahora se denomina programa de conservación de frutos, se les fuerza a hacer cosas que un verdadero creyente hace por naturaleza. El pastor ahora persigue a las ovejas y no las ovejas al pastor (Juan 10:27). Muchas veces logramos que inconversos se comporten y “crean” como creyentes, los hacemos dos veces hijos del infierno; primero, porque ahora será casi imposible predicarles el Evangelio verdadero ya que se consideran salvos, y segundo, porque comienzan hacer lo mismo con otros y ahora tienen que arrepentirse, no solo de haber creído una mentira sino porque la han compartido.

Y finalmente es trágico porque los frutos del decisionismo son congregaciones llenas de personas que se creen salvas, tratando de ser fieles a un Señor que no conocen. Reconsagrándose cada conferencia, campaña, campamento o actividad especial que se realice. Nunca avanzando, nunca creciendo en la gracia y el conocimiento del Señor. “Estos siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad” (2 Timoteo 3:7).

Estos son los frutos que he visto en mí andar dentro del ministerio, si alguien ha visto lo contrario por favor le pido que me desmienta, que me muestre los frutos de su práctica evangelizadora. Yo tengo muchas estadísticas para mostrarles.

Hace unos días testificando en un parque de Lima, encontré a un joven de Miami que había estudiado en una escuela “cristiana” toda su vida y había orado para “recibir a Cristo” cerca de cuatro veces en su vida, pero no sabía en qué consistía la salvación, no conocía el Evangelio, nunca se había arrepentido de sus pecados pues estaba viviendo en ellos (para eso había venido a Perú) y nunca había confiado en la obra de Cristo para su salvación, estaba confiando en su “sincera oración”. Cuando escuchó el Evangelio y en qué consistía la salvación dijo -Nunca había escuchado esto- y se fue sabiendo que tenía que arrepentirse y confiar solo en la obra de Aquel que murió por sus pecados.

Una Reflexión

Qué va a pasar cuando seamos juzgados por Dios y no veamos en su presencia a aquellos que hicieron un oración con nosotros. Cuando veamos a muchos de ellos siendo apartados para condenación y arrojados al infierno. Personas a las que llamamos hermanos y les aseguramos su salvación basada en la “sinceridad” de su oración.

Podemos hacernos la pregunta todos los que hemos practicado y siguen practicando este tipo de evangelismo ¿Dónde está la mayoría de personas que tomaron una “decisión para salvación” en nuestras actividades evangelísticas? La respuesta es obvia, ya la dimos. Otra pregunta ¿Por qué insistir en una práctica que ha generado una multitud de falsos creyentes? ¿Acaso no tememos al Dios que predicamos? ¿Tanto nos cuesta arrepentirnos y reconocer nuestra culpa? ¿Tan orgullosos somos? ¿Vale más nuestra reputación ante los hombres que la Gloria de Dios?

No es mi intención pelear, nada ganamos con eso, mi deseo es que reflexionemos y temamos al Dios que predicamos, él es un juez justo y no tendrá por inocente al culpable, y nosotros somos culpables de reducir el glorioso Evangelio de Jesucristo a un decisionismo infructuoso y estéril, que ha resultado en el engaño de miles de personas, y no es cualquier engaño, estamos hablando de la eternidad de cientos de miles que les dijimos que reciban a Cristo como su Salvador por medio de una sencilla oración, que repitan estas palabras, que solo les llevará cinco minutos de su vida, y en muchos casos les llevará a una eternidad de condenación, ¡Arrepintámonos de esto! y ¡Qué Dios se apiade de nosotros y volvamos a su reprensión!

"Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación, Y haz cesar tu ira de sobre nosotros. ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación? ¿No volverás a darnos vida, Para que tu pueblo se regocije en ti? Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, Y danos tu salvación." Salmo 85:4-7.

"Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos." Salmo 80:18-19

31/10/10

LA TELEVISIÓN

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1ª. de Juan 5:19

Salmos 101:3 y 5

1. Que somos de Dios.
2. Que el mundo entero está bajo el maligno.

Consideremos esto: Que un poderoso enemigo que tenemos en nuestros hogares es la televisión. El mundo entero está bajo el maligno. Todos sus programas son engendrados por Satanás. (En antena común y cable).

EL PODER DE LA TELEVISIÓN ES MAS ALLÁ DE LO QUE IMAGINAMOS:

1. Nosotros podemos concebir las cosas consciente o inconscientemente.

2. El poder de la televisión ha sido diseñado de tal manera que sus métodos son irresistibles.

3. Todo lo que se presenta en televisión, está enfocado a destruir a la familia, la moralidad, y virtudes del ser humano.

4. Es un atentado abierto contra la iglesia y la familia que le pertenecen a Dios.

5. Nuestros hijos están cada vez más difíciles de disciplinar. - Están más despiertos a la rebeldía - Más irresistibles a la vida espiritual - Las señoritas son cada día más sensibles a la seducción - Más despiertos a las cosas sucias, gracias a la televisión y a su poder diabólico.

6. Su capacidad abarca todas las edades.

7. La televisión ha tomado gran parte de sus vidas.

8. La televisión la usa Satanás, a todas luces.

CONSIDEREMOS 12 PUNTOS AL TEMA

EL PELIGRO DE LA TELEVISIÓN:

1.- PROVOCA PERDIDA DE TIEMPO.

Efesios 5:16

a) Los días son malos y nos quitan el tiempo.

b) La televisión quita horas enteras.

c) Quita nuestro tiempo con la familia, con los hijos. (Deuteronomio 11:18-21).

d) No somos los siervos de Dios que debiéramos ser. (Hechos 6:3).

e) No somos los siervos de Dios que debiéramos ser (Hechos 2: 42 y 46).

f) Satanás sabe que si gana nuestra atención; seremos presa fácil para él.

2.- PREMIA LA VIOLENCIA Y LA REBELIÓN:

a) La televisión no solo contiene violencia, enseña violencia, propaga la rebelión, y enseña la rebelión.

b) El violento y el rebelde resultan premiados. Ellos son los que ganan. Ezequiel 7:11; Génesis 6:11, nuestros hijos se alimentan de esto.

c) La televisión nos mantiene alejados de Dios, indiferentes a Dios, rebeldes a Dios y a su palabra. Enseñando que la violencia y la rebelión son premiados y que no pasa nada.

3.- PROMUEVE LOS VICIOS:

Romanos 13:13; Gálatas 5:19

a) Borrachera, drogadicción, y todo tipo de vicios.

b) A través de los comerciales atractivos enseña comodidad y riqueza.

c) Si no tenemos cuidado, uno o más de nuestros hijos será un vicioso, un problema para la sociedad.

4.- PUBLICA EL ADULTERIO Y LA FORNICACIÓN:

Hebreos 13:4

a) ¿Usted permitiría que una pareja entrara a fornicar en su cama?

b) Novelas, películas y más programas hacen todo esto, y nosotros permitimos que entren a nuestros hogares cuando pasamos las horas enteras sentados frente al televisor.

c) Las novelas tienen como único guión el adulterio, el divorcio, la fornicación.

d) Los hijos y jóvenes del mundo saben más de sexo sucio que nosotros.

5.- PRODUCE VOCABULARIO OBSCENO Y ADEMANES OBSCENOS:

a) Los niños lo ven y lo aprenden y nosotros lo permitimos como si fuera la cosa más natural del mundo.

b) Debemos sensibilizarnos y dejar todo esto Colosenses 3:8; Judas 10.

c) Todo esto despierta toda mente, quienes no desean en ningún sentido, las cosas sagradas o espirituales.

6.- PROPONE EL DOBLE SENTIDO Y LA INSINUACIÓN:

1ª. Tesalonicenses 5:22.

a) El doble sentido arrebata la ingenuidad (Romanos 16:18 y 19).

b) Todo esto despierta la malicia a una edad más temprana (1ª. de Corintios 5:8).

c) Apartados de todo aquello que parezca mal (2ª. de Cor. 6:14-17).

7.- PROPAGA LA PORNOGRAFÍA:

Mateo 5:27-30.

a) Esto afecta la mente y el corazón. Gálatas 5:19; Efesios 4:19; Romanos 1:27; 1ª. de Pedro 4:3.

b) No es necesario ir a ningún lugar pornográfico, porque en la televisión encuentra todo tipo de pornografía.

8.- PROCLAMA LA HOMOSEXUALIDAD:

Romanos 1:24 -27; 1ª. de Corintios 6:9-10.

a) En novelas y más programas.

b) Programas como el de Cristina y otros similares.

c) En ellos aplauden a los homosexuales.

d) Todo esto promueve que deben ser aceptados por el mundo entero argumentando que ellos también son hijos de Dios y que no son culpables de “nacer” así, cuando ellos no nacen: se hacen, porque Dios no es mentiroso y su Palabra dice que hizo al hombre a su imagen y semejanza varón y hembra los creó. ¿De dónde fundamentan entonces el nacimiento de estas personas? La Biblia es clara cuando dice en Romanos que el hombre se hace y no nace y es necesario que se arrepientan si quieren ir al cielo dejar su pecado y Dios les perdonará. Nosotros les amamos como el mismo Dios les ama pero no estamos de acuerdo con lo qe hacen o practican porqe tampoco Dios lo esta.

e) No podemos ser cristianos con toda intensidad con la televisión en casa.

f) Esto es un vicio terrible tan dañino como los demás vicios.

9.- LA TELEVISION PENETRA FILOSOFIAS HUMANAS Y DIABOLICAS A LA MENTE DE LA FAMILIA:

a) Filosofías, ideas antibiblicas Colosenses: 2:8

- El mundo es de los audaces.
- Libérate.
- Defiende tus derechos.
- Tú tienes derechos, te tienen que aceptar (seas homosexual, lesbiana, etc).

b) El hombre tiene que ser liberal, lo de Dios es anticuado 2ª. de Reyes 23:5.

c) La televisión propone zodiacos, ocultismo, el karma, filosofías e ideas diabólicas.

d) Cada día más se resiste a la oración y poner nuestra fe en Dios por el bombardeo masivo de la televisión.

e) Colosenses 2:3 La verdadera sabiduría está en Dios, no en el hombre.

10.- LA TELEVISION PELEA CONTRA DIOS, CONTRA SU PALABRA Y CONTRA SUS SIERVOS:

a) En las entrevistas.

b) Aman muchas otras cosas, menos a Dios.

c) La televisión se encarga de ridiculizar todo lo bíblico, lo santo, lo divino, etc.

d) Las bocas más sucias en la televisión mencionan en vano el nombre de Dios. Salmos 50:16-17. No debemos de participar en esto. 1ª. de Corintios 10:20 y 21; Efesios 5:11 y 5:7.

e) Ellos tendrán su paga y su condena. Pero que lo hagan fuera de las puertas de nuestra casa, no en nuestro hogar que Dios ha redimido.

11.- PROPICIA EL OCULTISMO Y EL SATANISMO:

Jeremías 22:9; Apocalipsis 21:8; 2ª. de Tesalonicenses 2:3 y 4; Romanos 1:28; Isaías 2:6.

a) Videntes, espiritismo, “la santa muerte” y toda nueva religión que emerge.

12.- PRIVILEGIA LA IDOLATRÍA:

a) La promoción a la idolatría.

b) Halaga la idolatría.

c) Halaga al falso representante de Cristo.

d) Los artistas exhiben sus crucifijos.

e) Haciendo que cada vez el creyente sea el más tonto, el más ridículo. El más absurdo ante los ojos de los demás.

- Por eso nuestros hogares se debaten entre la vida y la muerte, moral,espiritual y socialmente por la televisión.
- Esto es algo que tenemos que remediar.
- Con esto nos damos cuenta lo que es y lo que significa la televisión en nuestros hogares. Hermanos, nosotros sabemos que somos de Dios y el mundo entero está bajo el maligno.

Aprenda esto: El padre de los programas de la televisión, es el diablo. Es él quien traza todas estas cosas para destruir los hogares.

Nota: Toma una decisión ahora, estamos a tiempo: Hazlo por amor a Dios y a tu familia.

RECUERDA: DIOS, TUS HIJOS, TU HOGAR O LA TELEVISIÓN.

DIOS TE BENDIGA…


24/10/10

EVANGELISMO PERSONAL

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A. DEFINICIÓN

Evangelismo personal es la aplicación directa de la palabra de Dios a las necesidades de las personas con quienes tengamos contacto. Otra definición sencilla puede ser: “Predicar la fe de Jesucristo a nuestro prójimo”

B. ¿QUÉ ES EVANGELISMO?

El evangelismo personal es conversar con una persona y anunciarle las buenas nuevas de salvación y hacerle ver que sin Dios esta perdido y que su alma será condenada al infierno.

Bíblicamente el termino evangelio tiene su trasfondo en el Antiguo Testamento. El Salmo 96 hace eco de ésta buena nueva: “Proclamad día tras día la buena nueva de su salvación… Decid por las naciones: ¡El Señor es Rey!

Cristo vino a este mundo sólo temporalmente. Su misión fue venir “a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Para hacer esto, tuvo que hacerse carne, habitar entre los hombres y andar el difícil camino del Calvario. El Nuevo Testamento nos dice que por espacio de tres años, el Señor Jesús instruyo a doce hombres; sus discípulos. A quienes deja encargada la tarea sagrada de anunciar las buenas nuevas de la redención para toda la humanidad. La misión primordial de aquellos hombres y de la iglesia de hoy día es: evangelizar al mundo entero mediante la predicación y la enseñanza del evangelio del Nuevo Testamento. Las últimas palabras pronunciadas por Cristo a sus discípulos antes de partir de este mundo, fue la orden del día para su Iglesia. Lo fue para la Iglesia de entonces y lo es para la Iglesia de Hoy. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones… enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado (Mateo 28:19-20). La iglesia tiene la obligación y el sagrado derecho de evangelizar. Cada cristiano debe comprometerse con la labor de la evangelización. Debemos puntualizar, que la evangelización brota de un carisma, de una pasión por las almas y por anunciar las buenas nuevas de salvación; esto nace en el corazón que obedece a la voz de Dios.

Si bien es cierto, la evangelización es un mandato. No todos obedecemos la orden dada por Jesucristo. Ya que la evangelización es un proceso complejo que implica la renovación de la naturaleza humana, el testimonio y la proclamación publica del mensaje de salvación. Esto quiere decir que la persona que evangeliza tiene que dar testimonio público por medio de sus actos y palabras.

El evangelismo personal es un mandato de nuestro Señor Jesucristo, es el método bíblico para llevar el mensaje a toda persona que no ha recibido a Jesucristo en su corazón; es el trabajo principal de la iglesia y el medio de traer almas a Cristo.

C. ¿POR QUÉ OCUPARNOS DEL EVANGELISMO PERSONAL?

La Iglesia Evangélica se ha debilitado en su testimonio. Si bien es cierto que tenemos en la actualidad un crecimiento numérico de cristianos, tenemos una decadencia en los valores morales y éticos de la sociedad. Es aquí en donde surge la siguiente pregunta ¿Por qué si la iglesia creció, la sociedad no fue afectada? Al contrario junto con el crecimiento también aumento la violencia, el alcoholismo, la drogadicción, la corrupción etc. Es necesario entrar a una revisión de nuestro trabajo evangelizador.

Cuando revisamos este fenómeno, vemos que la iglesia perdió terreno al dejar esta tarea a los medios de comunicación, estrategias sociales, visión piramidal, ministerios de renombre, visión por un llamado a las naciones etc. La pregunta sigue siendo ¿Por qué ocuparnos del evangelismo?

1.- Porque el Señor Jesús lo ordeno (Marcos 16:15).

2.- Porque tenemos una responsabilidad y una mayordomía sobre las cuales tendremos que dar cuenta a Dios (Mateo 25:14-29).

3.- Porque es un privilegio (nuestro privilegio).

4.- Porque el mundo está perdido (1 Juan 5:19-20).

5.- Porque todos los creyentes en el Señor son llamados a este ministerio (2 Corintios 5:17-20).

6.- Porque en todo lugar hay almas necesitadas: en cárceles Hechos 20:20 y en las calles (Hechos 8:4).

D. ¿QUÉ VENTAJAS TIENE EL EVANGELISMO PERSONAL?

1.- Es adaptable a las condiciones y necesidades del individuo que no se alcanza con mensaje público.

2.- Ha tenido éxito donde otros métodos han fracasado.

3.- Es el mejor método para ganar almas. Lo que no se logra por medio de un sermón, se alcanza por el contacto personal.

E. ¿QUÉ REQUISITOS SE NECESITAN PARA HACER EL EVANGELISMO PERSONAL?

1.- Tener experiencia personal de la salvación (1 Timoteo 1:15; Juan 3:11). Es difícil hacer llegar a otros al nivel espiritual que nosotros mismos no hemos alcanzado. De la abundancia del corazón habla la boca, así es que solamente de aquello que hay en el corazón podemos hablar con certeza.

2.- Ser ejemplo (2 Timoteo 2:19-21). Debemos recordar que la vida predica; una vida santa llena del gozo del Señor, es el mejor sermón que podemos predicar.

3.- Ser paciente y no dejar de trabajar con un alma cuando aparentemente fracasa en un primer intento.

4.- Tener amor por las almas (Romanos 5:5,6; Gálatas 5:22).

5.- Tener sabiduría.

6.- Ser constantes en la oración. Salmos 2:8; Mateo 7:7; Efesios 6:18.

F. ¿CÓMO HACER EVANGELISMO PERSONAL?

1.- Los preparativos

a) Orar, es lo primordial para hacer un trabajo efectivo.

b) Preparar lo que se necesita para salir a evangelizar (Biblia, tratados, etc.).

c) Confiar en la dirección del Espíritu Santo.

d) De ser posible tener el nombre de la persona a quien evangelizar.

e) Estudiar el material a utilizar, biblia, tratado, folleto etc.

f) Preparar su apariencia personal, vestirse decentemente.

2.- El contacto con la persona a evangelizar

a) Preséntese de manera cordial y respetuosa.

b) Considere a la otra persona.

c) Presente el propósito de su visita.

d) Actúe con amabilidad, use un lenguaje sencillo, claro y con naturalidad.

e) No permita discusiones sobre asuntos religión.

f) Evalúe su trabajo después de realizarlo.

3.- Como dirigir la conversación

a) Capte la simpatía de la persona antes de hablarle del mensaje de salvación.

b) Aproveche las ocasiones u oportunidades.

4.- Sugerencias

a) Procure hablar a solas con la persona cuando las circunstancias se lo permitan OJO: Siempre y cuando la persona sea de su mismo sexo, evítelo si es del sexo opuesto esto puede resultar peligroso.

b) Busque la dirección divina de que hablar y que decir.

c) Tenga paciencia.

d) No permita que la conversación se torne en una discusión.

e) Procure que cada alma llegue a una decisión definida y ore con ella.

G. EL PLAN DE SALVACIÓN

¿Qué es el plan de salvación? Son los pasos bíblicos que nos llevan a concretar y afirmar una relación personal con Dios a través de su hijo Jesucristo. La salvación es un término que genéricamente se refiere a la liberación de un estado o condición indeseable. En teología el estudio de la salvación se le llama soteriología y es un concepto de vital importancia que nos lleva a comprender la naturaleza de la salvación.

La bíblica es enfática, al declarar que el hombre es un pecador; un esclavo de Satanás en cuerpo y alma. Como resultado del pecado el ser humano se encuentra bajo sentencia de muerte (Romanos 6:23) La naturaleza de esa muerte no es solamente física sino también espiritual. Esto le hace estar condenado eternamente bajo la ira de Dios. No hay manera de llegar al cielo, no existe formula que nos pueda liberar de tal condenación, todos estamos condenados y bajo la ira de Dios a causa del pecado. Lo que le espera al hombre es una condenación y castigo eterno.

Ante tal sentencia; Dios tuvo misericordia del hombre, envío un sustituto a favor del hombre. Cristo vino a pagar por nuestros pecados. Cristo vino como el mediador, redentor y sustituto del hombre. Fue necesario que El fuese hombre porque fueron los hombres quienes pecaron, y por tanto el hombre debe pagar la pena del pecado. Fue necesario que El fuera Dios porque de haber sido menos que Dios, El hubiera tenido que permanecer en el infierno para siempre jamás y sufrir la aplastante y terrible ira de Dios al procurar pagar por nuestros pecados.

Como mediador entre Dios y los hombres, El se hizo pecado por nosotros 2 Corintios 5:21. El cargo sobre si mismo todos los pecados, la naturaleza pecaminosa completa, de quienes han puesto su confianza en El. Como nuestro sustituto, cargo nuestros pecados, El enfrento el trono del juicio de Dios y fue considerado culpable. Dios derramó sobre su hijo la ira que nosotros deberíamos de sufrir eternamente en el infierno. Jurídicamente; el criminal que es liberado de la prisión después de haber pagado el precio total demandado por la ley, queda delante de la ley sin culpa por ese crimen. Del mismo modo, después que venimos a ser salvos, la ley de Dios nunca más puede hacer demandas sobre nosotros por nuestros pecados. Cual es el plan de salvación de Dios para el hombre. Venir a los pies de Jesucristo reconociendo que es un pecador y que esta eternamente condenado y que solo la sangre de Jesucristo puede limpiarle de todo pecado y darle la limpieza de su alma y nacer de nuevo de una naturaleza vieja y pecaminosa a una vida nueva y victoriosa, limpia de pecados con un espíritu renovado solo a través de Jesucristo. Romanos 5:8; Efesios 2:8-10; Romanos 10:9-13.

Todos somos pecadores y destituidos de la gloria de Dios, pero la gracia de Dios nos alcanzo y sigue alcanzado al hombre perdido. Dios ha hecho un plan para la salvación del mundo. Es de suma importancia entender el plan de salvación para poder explicarlo claramente a la persona que busca a Dios.

Plan de Salvación:

1. Cristo llevó el pecado del mundo (Isaías 53:6; Gálatas 3:13; 2 Corintios 5:21.
2. Compró la salvación para todos. Mateo 1:21; Lucas 2:11; 19:10; Juan 3:16; Romanos 10:13.
3. La salvación se recibe por medio de:

- El arrepentimiento. Hechos 17:30; Marcos 1:15; Hechos 20:21.
- El verdadero arrepentimiento incluye:

- Reconocer el pecado (1 Juan 1:10; Romanos 3:10; Salmos 51:3.
- Sentir tristeza por haber ofendido a Dios (Hechos 2:37-38; 2 Corintios 7:10).
- Confesar el pecado a Dios (Salmos 32:5; 1 Juan 1:9).
- Abandonar el pecado (Isaías 55:7).

1. La fe

- Fe que el Señor Jesucristo es el único que salva el alma. (Hechos 10:4; Juan 3:17-18 Hechos 4:12).
- Fe en el evangelio (1 Corintios 15:1-4).
- Fe en la sangre de Cristo (Efesios 1:7).
- Fe Salvadora (Romanos 5:1; Juan 1:12; Hebreos 11:1).
- Fe que Cristo es Señor y Rey (Hechos 2:36).

2. El Confesar a Cristo como el Salvador (Romanos 10:9; Mateo 10:32-33).

TRES CLASES DE PECADORES:

1. Sinceros.
2. Indiferentes.
3. Reincidentes.

- Los pecadores sinceros: Son los que de corazón quieren ser salvos.
- Los pecadores indiferentes: Son a quienes no les interesa el evangelio. La mayoría de pecadores se encuentran en esta clase. En ellos hay que enfatizar en lo siguiente:

Que son pecadores Isaías 53:6; Romanos 3:23.
Que el pecado conduce a la condenación eterna Romanos 6:23; Apocalipsis 21:8.
Que Dios les ama a pesar de su pecado Juan 3:16; Romanos 5:8.
El más grande pecador es el que rechaza a Cristo y no rinde a Dios su vida Juan 3:18-19; Mateo 22:37-38.
Lo que sucede a los que continúan en el pecado. Romanos 2:4-5; Santiago 1:15. 3.

Los pecadores reincidentes: Dejan de servir y seguir al Señor después de haberle confesado como su Salvador.

a. Los que nunca nacieron verdaderamente de nuevo (1 Juan 2:19).
b. Los que dejaron en verdad el camino de Dios. Para conocer las causas hay que tratar con estas personas de cerca. Algunas causas podrían ser:

- Ausencia de guía espiritual.
- Amistad con los incrédulos.
- Frivolidad o falta de profundidad.
- Éxito en las cosas del mundo.
- Falta de llenura del Espíritu Santo.
- Falta de discernimiento espiritual.
- Amor al mundo.

EXCUSAS QUE DICEN LOS PECADORES

El incrédulo generalmente trata de disculparse por no haber aceptado a Cristo presentando las siguientes excusas:

- Soy demasiado pecador.
- Tendré que reformarme primero.
- Los cristianos son inconstantes.
- No podre ser firme.
- No podre cumplir con mis deberes, ni renunciar a las cosas que un cristiano debe abandonar.
- Algún día ahora no.
- No tengo sentimientos acerca de mi salvación, aceptare cuando sienta que Dios me esta llamando.
- No soy pecador.
- Me parece que Dios es injusto y cruel.
- Nadie se interesa por mi.
- Hago lo mejor que puedo.

COMO TRATAR CON VARIAS CLASES DE INCRÉDULOS

- Los decepcionados de la vida.
- Los que no creen en la vida futura.
- Los que no creen en el castigo eterno.
- Los que creen que no hay infierno y que todos serán salvos. Enséñeles lo siguiente:

Dios no hizo el infierno para sus hijos, sino para el Diablo y sus ángeles Mateo 25:41.
Cada quien va a su lugar preparado (Romanos 6:16; hechos 1:25).
Que la Biblia nos dice claramente quienes estarán en el infierno:

El Diablo, la Bestia y el Falso Profeta (Apocalipsis 20:10).
Los ángeles que pecaron (2 Pedro 2:4).
Los inicuos (Salmos 9:16).
Los que rechacen a Cristo y su Salvación (Juan 8:21-24).
Los que no obedezcan ni conozcan a Dios (2Tesalonisences 1:8-9).

Los escépticos: juntamente con los ateístas y agnósticos pueden ser divididos en dos clases:

- Los sinceros: Son sinceros en su escepticismo.
- Los insinceros y sin fundamento moral: Demuéstreles que la causa de su escepticismo o insinceridad no es mental, sino moral, y si confiesan sus pecados y aceptan a Jesús como su salvador, sus dudas se disiparan en un momento. (Juan 7:17).

COMO AYUDAR A LOS QUE ACEPTAN A CRISTO

1. Explicarles que es la salvación.
2. Que todos hemos pecado.
3. Que somos salvos por Cristo.
4. Que la salvación se recibe por confesar nuestros pecados.
5. Animarle a pedir Perdón a Dios.
6. Confesar a Dios sus pecados.
7. Orar en sus propias palabras.
8. Aceptar el perdón por fe
9. Animarle a expresar su fe o falta de fe.
10. Esto se logra con un pequeño cuestionamiento ¿Cree usted que Dios ha perdonado sus pecados?
11. Los siguientes pasajes estimularán la fe (1 Juan 1:8-9; Romanos 10:9-10; Juan 1:12).
12. Animarle a dar gracias por la salvación.
13. Guiándole en la oración.
14. La alabanza es la voz de la fe.
15. Animarle a dar testimonio de su salvación.
16. Anote el nombre y la dirección de la persona que evangelizo y acepto a Cristo.
17. No perder el interés del nuevo convertido.

CONCLUSIÓN:

Se han presentado varios aspectos del evangelismo personal con el fin de proporcionar a cada creyente la ayuda necesaria para cumplir con la misión que no es encomendada y disfrutar así el gozo de compartir con otros la nueva vida que Cristo nos ha dado y también ver almas salvas, como fruto del trabajo de evangelización. Cada creyente debe estar consciente que la evangelización es la tarea de prioridad de la iglesia. Todo crecimiento y avivamiento ha surgido a raíz del espíritu de la evangelización. La misión primordial de la Iglesia de Jesucristo es evangelizar al mundo, y en el verdadero sentido de la palabra, evangelismo es el cumplimiento, en la corriente de la historia humana, de los propósitos redentores de Dios por medio de la instrumentalidad de la iglesia. Evangelismo es la tarea de la Iglesia por medio de la cual los seres humanos son traídos en contacto con Dios por medio de Cristo.

La universalidad es una de las virtudes más gloriosas del evangelio de Cristo. Las religiones de la antigüedad generalmente eran para determinado pueblo o nación. Inclusive el mismo judaísmo era una religión de carácter localista. Pero cuando Cristo apareció en la escena de la historia, vino anunciando un evangelio universal. El evangelio va más allá de los limites raciales y nacionales- es para todo aquel que crea, sin distinción de raza, color, posición social y económica. La universalidad del evangelio viene a satisfacer una de las necesidades ingentes de la humanidad. Mientras haya una sola persona en el mundo que no conozca a Cristo, la actividad evangelística de la Iglesia debe continuar.

Es nuestro privilegio evangelizar, es nuestra obligación cumplir el mandato.